Mestres descubre en el TNC la "hipocresía" ante la inmigración de la mano de Rusiñol

Presentación de 'Llibertat!' de Santiago Rusiñol
EUROPA PRESS
Europa Press Catalunya
Actualizado: lunes, 29 abril 2013 16:14

BARCELONA 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

El dramaturgo catalán Josep Maria Mestres sube a los escenarios del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) su adaptación de 'Llibertat!', un texto de Santiago Rusiñol, con el que pone al descubierto la "hipocresía" de la sociedad ante la inmigración, especialmente entre quienes declaran no ser racistas, un tema de plena actualidad que no se representaba desde su estreno en 1901, ha remarcado Mestres en rueda de prensa.

La obra, que podrá verse hasta el 9 de junio, arranca coincidiendo con la vuelta de un indiano procedente de América a su pueblo natal, hecho que cambia la vida de los vecinos al llegar junto a él un niño negro, Jaumet, que es adoptado por la población como muestra de su supuesta tolerancia y que, con el tiempo, será visto como una amenaza.

"Se descubre a los falsos progresistas", ha avisado Mestres sobre la representación, que cuenta con una veintena de artistas, entre ellos Artur Raurich, Ton Vieira, Òscar Kapoya, Roger Casamajor, Camilo Garcia, Artur Trias y Maife Gil --quien cumple los 50 años de trayectoria teatral--.

Mestres ha definido esta obra como la inconsecuencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, y ha asegurado que es de plena vigencia en los momentos actuales de crisis, cuando cobran influencia mensajes como 'primero los de casa', ha lamentado, antes de resumir: "La obra nos dice: "¡Cuidado hacia dónde vais!".

UNA SEMANA MENOS

Esta propuesta ha sufrido recortes a raíz de la situación del teatro, que pasan por una semana menos de funciones, la rebaja salarial de quienes participan y un recorte presupuestario, especialmente importante en la escenografía, que ha llevado a plantear dos escenarios posibles, resultando definitivo el segundo de ellos, más "pictórico".

En este sentido, la puesta en escena cuenta con un espacio de homenaje a Santiago Rusiñol, quien también fue pintor, por lo que unas "macropinceladas" de colores recuerdan a sus creaciones pictóricas.

Además, la escenografía acompaña el argumento en un recrudecimiento del racismo que va desde un luminoso principio hacia un oscurecimiento final, que se refleja tanto en la iluminación, como en el vestuario --éste hecho, en parte, de prendas de otras funciones--.

Este recrudecimiento en el argumento es el que ha provocado que durante años esta obra permaneciera sobre la mesa de la dirección artística del TNC para ser representada en la Sala Gran y que, por su dificultad, fuera pospuesta consecutivamente, según ha desvelado el director artístico, Sergi Belbel.

Esta representación llega ahora a la Sala Petita gracias a que Mestres ha sabido encontrar la forma de explicar una historia que comienza como una gran comedia coral y termina "como un drama ibseniano", ha explicado Belbel.

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