BARCELONA 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los Mossos d'Esquadra han tramitado 3.921 denuncias en el entorno escolar por infracciones penales, 2.453 por faltas (63%) y 1.468 por delitos (37%), según datos del Plan de Acción de Seguridad en los Centros Educativos 2009-2010.
En rueda de prensa, el jefe de la comisaría general territorial de los Mossos d'Esquadra, Joan Miquel Capell, detalló que de los delitos, 1.124 eran contra el patrimonio y 334 contra las personas --amenazas e insultos--, y de las faltas, 1.540 contra el patrimonio y 913 contra las personas.
Así, explicó que este curso escolar los Mossos han dispuesto 20.723 dispositivos policiales en el entorno escolar, de "diferente magnitud", desde una patrulla a operativos más grandes, y se han realizado 26.027 horas de patrullaje.
El secretario de Seguridad de la Conselleria de Interior, Joan Delort, puntualizó que se trata de una tasa de delitos del dos por mil, sobre una población escolar de 190.885 estudiantes que se han adherido al plan, de 2.464 centros educativos de primaria y secundaria.
Esta proporción significa, según Delort, que hay centros donde nunca ha pasado nada, por lo que no se está frente a "una situación grave". Asimismo, recalcó que han conseguido adentrarse en el entorno escolar y trabajar en red, accediendo a unas problemáticas que antes solo se conocían dentro de los centros.
Cuando se detecta un delito se pone en conocimiento de la Fiscalía de Menores o el juzgado de instrucción después de que los Mossos hayan instruido el atestado.
Sobre el consumo de drogas en el entorno escolar, Capell aseguró que no se produce dentro de las escuelas pero admitió que han detectado que sí hay consumo de hachís, principalmente, y siempre fuera del colegio por parte de alumnos, ex alumnos y personas que no tienen que ver con el entorno escolar, y que los decomisos de drogas siempre son en el exterior.
Por su parte, el secretario de Políticas Educativas de la Conselleria de Educación, Francesc Colomé, hizo hincapié en que llegados a este punto deberán analizarse de forma cualitativa los datos obtenidos, porque las infracciones que se han detectado "probablemente tengan un contexto bastante definido" y concreto.
Delort admitió que hay algunos casos de 'bullying' --acoso a un escolar por parte de compañeros-- y de acoso de los padres a maestros, aunque añadió que ahora que se conocen, van a poder intervenir y que no están ante una situación de "alta gravedad". Asimismo, Colomé dijo que su percepción es que "baja el conflicto".
Respecto a la presencia de bandas juveniles violentas, Delort aseveró que pueden haber estudiantes que formen parte de estos grupos, aunque hizo hincapié en que "no hay gravísimos conflictos", y puntualizó que están atentos.
En el Plan de Acción de Seguridad en Centros Educativos, que se ha llevado a cabo entre septiembre de 2009 y junio de 2010, los Mossos d'Esquadra se han dirigido a más de 210.000 integrantes de la comunidad educativa: más de 190.000 estudiantes, 5.200 profesores y 14.600 padres, realizando más de 12.800 contactos.
Entre las principales líneas estratégicas, fomentar el conocimiento y trabajo transversal entre los Mossos y la comunidad educativa, hacer énfasis en la prevención, identificar las cifras ocultas de la delincuencia, dar una respuesta a las diferentes problemáticas e insistir en la seguridad en el camino escolar.
Sobre las temáticas que se han abordado en las presentaciones en los colegios: Internet segura para la protección del menor, violencia machista, movilidad segura, prevención de conductas discriminatorias, detectar situaciones de riesgo -como el uso de armas-- y drogas, entre otros. En ellas, según Capell, se ha generado una comunicación entre el policía, el profesor y el alumnos que ha favorecido alcanzar "un tono de confianza para prevenir situaciones de conflictos y peleas".
En general, tras esta experiencia, Capell concluyó que no han detectado "graves problemas en el entorno educativo" y se ha generado una mayor sensación de seguridad porque ahora los profesores y padres tienen un referente a quien dirigirse al percibir una posible fuente de conflicto.