PERALTA DE ALCOFEA (HUESCA), 6 May. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Peralta de Alcofea ha denunciado a la Generalitat por falsedad documental por su presunta utilización de documentos falsos para demostrar la propiedad de la tabla de San Pedro y Crucifixión, custodiadas por el Obispado de Lleida, caso que investiga el caso el Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza.
En declaraciones a Europa Press, el letrado que representa al Ayuntamiento, Jorge Español, ha explicado que el Consistorio está personado en el litigio iniciado por el Govern contra el catálogo de piezas de arte realizado por el Ejecutivo aragonés, elaborado para reclamar los bienes histórico-artísticos que se encuentran en el Museo Comarcal y Diocesano de Lleida.
En este recurso contencioso-administrativo que se está tramitando en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), la Generalitat presentó unas fichas del Obispado de Lleida según las cuales el párroco de Peralta de Alcofea donó la tabla mencionada al obispo Messeguer.
El municipio aragonés sostiene que esto no es posible, porque el Derecho canónico impide a los párrocos donar bienes preciosos a su obispo.
Español ha indicado que el Ayuntamiento dispone de dos documentos, como una carta que el obispo de Lleida Ramón Malla envió al entonces obispo de Huesca, Javier Osés, afirmando que las piezas, incluida la tabla de Peralta, están en custodia en el Obispado de Lleida.
El letrado también ha presentado un escrito del 27 de diciembre de 2005 en el que el abogado de la Diócesis de Lleida afirma ante la Conselleria de Cultura de la Generalitat que la tabla de San Pedro y Crucifixión no son propiedad del obispado, sino que están bajo depósito, y que la tabla es propiedad del ayuntamiento.
La titular del Juzgado de Instrucción número 6 ha admitido a trámite la denuncia del Ayuntamiento, y ha exigido al canónigo archivero del Obispado de Lleida que entregue el documento de donación que recibió el obispo Messeguer hace más de 100 años.
Español ha opinado que "entra dentro de la estrategia general del Museo de Lleida y del Obispado buscar todos los obstáculos posibles para hacer difícil la devolución de las piezas" que el municipio reclama como propias.
El abogado considera que el obispo Messeguer no compró las piezas, señalando que en 1904, antes de marcharse de Lleida, apuntó que su recepción como objetivo que no fueran "a manos de anticuarios", y que no equivalían al "precio de una mercadería".
Messeguer "nunca compró nada, nunca tuvo ni la intención ni la conciencia", según el abogado, quien ha asegurado que la recepción de la obra fue incentivada con un donativo a cambio del depósito.
