BARCELONA, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un médico contratado como perito por los familiares del niño de ocho años con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que sufrió quemaduras en la mano cuando estaba en la escuela, un caso que investiga el Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona, ha afirmado que el menor podría haber sufrido una "inmersión forzada" durante varios minutos.
Según un comunicado este martes de Vosseler Abogados, que representa a la familia del menor, el niño sufrió "unas lesiones por inmersión en líquido caliente y durante un cierto tiempo, pues la palma de la mano donde la piel es más gruesa está severamente quemada".
Ha añadido que la exposición para provocar estas lesiones debe durar varios minutos a 45-50 grados, y que la posibilidad de que estas heridas se produjesen por un accidente "parece menos probable".
"A la vista del relato de los informes periciales, solo podemos concluir que estamos delante de un castigo medieval desprendido de cualquier atisbo de humanidad", afirma la representante legal de los padres del niño, Mónica Santiago.
Ha incidido en que, "a pesar de que las lesiones físicas son gravísimas, las que más preocupan son las psicológicas, que son devastadoras".
"EN DUDA" LA CAUSA DE LAS QUEMADURAS
Los hechos sucedieron el 15 de enero cuando el menor estaba en el comedor de la escuela con dos monitores, se hizo sus necesidades encima y se manchó.
En ese momento, los monitores llevaron al menor hasta el baño y, después de ponerse guantes de látex, intentaron limpiarlo, pero el niño "se resistía".
Según la versión del colegio, durante este forcejeo, se golpeó accidentalmente el grifo y empezó a salir agua caliente, hecho que los monitores alegan que no percibieron por llevar los guantes de látex, según apuntan los abogados de la familia.
El niño fue internado en la UCI del Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, donde ha recibido varias operaciones con injertos de piel y, según explica el despacho, los sanitarios que atendieron al menor "pusieron en duda que las heridas fuesen provocadas solo por escaldarse con agua caliente".
"ATENTADO DIRECTO A LA INTEGRIDAD"
El despacho también afirma que, según los padres, el niño es sensible a los estímulos externos y que retira las manos "siempre, instintivamente", del agua a la que sube o baja de temperatura.
Para la representante de la familia, los hechos están "muy lejos de considerarse accidente, sino que es un atentado directo a la integridad física de un menor de 8 años con TEA y discapacidad del 82%", y que pedirán las responsabilidades necesarias ante lo ocurrido.