Puig defiende la existencia de somatenes y apostará por reforzar esta práctica

BARCELONA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

El conseller de Interior, Felip Puig, ha defendido este miércoles la existencia de patrullas de somatenes y ha afirmado que lejos de combatir esta práctica, lo que el Govern hará es analizar como se puede reforzar y mejorar.

"Es un modelo correcto y si pensamos en algo es en cómo reforzarlo", ha sentenciado en una intervención en el pleno del Parlament ante las críticas de ICV-EUiA, que le ha exigido que ponga fin a los somatenes y refuerce las patrullas.

Puig ha acusado a los ecosocialistas "de tener un problema de confusión entre lo que es la propiedad pública y la privada", y ha concluido que los somatenes tienen todo el derecho de actuar mientras lo hagan con respeto a la ley.

El conseller ha afirmado que este modelo no supone que la policía delegue sus atribuciones a los ciudadanos, y ha afirmado que los somatenes no hacen trabajo policial, sino que simplemente "complementan" las labores de vigilancia.

"Es lícito que una persona vele por su seguridad y la de sus propiedades si respeta la ley y colabora", ha sentenciado Puig, que no ha precisado como su conselleria piensa reforzar este modelo, que se lleva a cabo sobre todo en zonas rurales de Lleida y Tarragona.

El conseller ha defendido a los somatenes tras la polémica por la muerte de un presunto ladrón en Maials (Lleida), que cayó desplomado cuando le perseguía una patrulla de agricultores de la zona que le había sorprendido en una propiedad privada.

Puig ha asegurado que los agricultores no actuaron en ningún momento de forma "improcedente", y que el ladrón se desplomó porque padecía varias dolencias como neumonía crónica, diabetes e insuficiencia respiratoria.

El diputado de ICV Josep Vendrell, que ha pedido el fin de las patrullas vecinales, ha asegurado que el incidente de Maials es un claro ejemplo de que se trata de un modelo de seguridad incorrecto, y ha argumentado que los somatenes no tienen la formación "adecuada".

Los ecosocialistas ven en esta práctica una dejadez de Interior y un nuevo ejemplo de "la degradación de servicios públicos", y piden a Puig que acabe con estas prácticas antes de que se extiendan, por ejemplo, en zonas metropolitanas.