Se repite por primera vez en Girona un juicio con jurado popular

Actualizado: lunes, 26 septiembre 2011 20:37

El acusado de matar a su bebé mantiene su versión de la vista anterior

GIRONA, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar de nuevo este lunes al padre que presuntamente asesinó a su hijo de 27 días en Platja d'Aro (Girona), después de que el juez que lleva el caso tuviera que disolver en julio, por primera vez en la historia de Girona, el tribunal popular que le juzgaba por no haberse puesto de acuerdo.

Así, el juicio contra el joven, que se enfrenta a 18 años de cárcel, se repite desde este lunes con un nuevo jurado popular formado, esta vez, por cuatro mujeres y cinco hombres.

El magistrado explicó el pasado julio que los miembros de los jurados populares tienen tres intentos para ofrecer un veredicto y, si no se llega a un acuerdo, la ley prevé que tiene que disolverse, y en este caso no supieron dar respuesta a si se trataba de un asesinato con alevosía, un homicidio imprudente o bien un accidente.

En su declaración ante el jurado popular, el acusado, Alejandro S.P., ha explicado de nuevo que el día de los hechos, el 8 de diciembre de 2009, se encontraba solo en el apartamento con el pequeño --la madre había salido a comprar--, que éste se puso a llorar y que para calmarlo lo levantó hacia el techo sin darse cuenta que justo encima tenían una viga, donde el niño se golpeó.

Según ha relatado entre sollozos, después del "leve toque" contra la viga, se asustó, resbaló con una manta que había y el bebé cayó al suelo: "Fue todo muy rápido y cuando quise reaccionar ya estaba en el suelo", ha detallado como hizo en su anterior declaración.

Entonces, ha continuado entre sollozos, al ver que el niño "lloraba a trompicones" y que empezaba a amoratársele la oreja y parte de la cabeza, intentó reanimarlo mojándole la cabeza con agua y poniéndole crema con la intención de aliviarle el dolor, e incluso haciéndole el boca a boca, pero no pudo hacer nada.

LA PUERTA ESTABA CERRADA

El procesado ha dado una versión casi exacta a la de la vista anterior, aunque ha añadido que no salió a pedir ayuda porque se encontraba encerrado en el piso ya que su compañera cerró la puerta al ir a comprar; del mismo modo, ha recordado que tampoco pudo llamarla porque tenía el teléfono sin batería y que le mandó un mensaje de texto desde un programa de internet.

Una versión que continúa contrastando con la que defiende el fiscal, que asegura que el pequeño empezó a llorar de forma continuada y que el acusado, irritado y enfadado, "con la finalidad principal de hacerlo callar, lo agarró violentamente de la cara con su mano y le golpeó con fuerza desmedida la cabeza contra una superficie lisa, llana y dura del apartamento".

El procesado, que tiene 24 años, ha negado en todo momento que golpeara a su hijo repetidamente de forma intencionada y ha aclarado que lo alzó con un "pequeño aupa" y ha insistido en que no lo lanzó hacia arriba.

"Cuando veo la biga me pego un susto grande y cuando reacciono el niño ya está en el suelo, no me da tiempo a reaccionar, fueron segundos, no vi la caída", ha asegurado.

El acusado ha insistido en que cada día tiene que vivir con lo sucedido y que continúa preguntándose porqué le pasó a él, incluso ha reconocido, a preguntas de su abogado, que intentó lesionarse con un cuchillo cuando fue consciente, el mismo día de los hechos, de lo ocurrido.

La defensa mantiene también su postura anterior --aunque con nuevo letrado--, pidiendo la libre absolución para el acusado, aunque ha remarcado las posibles confusiones que puede haber con el vocabulario del acusado, de origen sudamericano, y ha insistido en que la puerta estaba cerrada y que por tanto no pudo salir a pedir ayuda.