La Rodoreda pintora emerge a través de 200 obras

"No se puede hablar de la Rodoreda de hoy si no se habla de su obra plástica", según Giralt-Miracle

Una de las obras de Mercè Rodoreda
EUROPA PRESS
Europa Press Catalunya
Actualizado: lunes, 4 julio 2016 13:47

   BARCELONA, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

El catálogo 'Mercè Rodoreda. Obra plàstica' reúne por primera vez la obra pictórica que la escritora catalana desarrolló durante toda su vida, especialmente en su exilio, a través de 200 pinturas, poniendo al descubierto una nueva faceta de la artista, "absolutamente indisociable" de su obra.

   "Su obra pictórica es una parte esencial para entender la vida, la aventura vital y la manera de ser de esa señora tan coqueta que escribió maravillosamente y pintó bastante bien", ha explicado Daniel Giralt-Miracle, encargado de la conceptualización y estructuración del catálogo junto a Maria Rosa Villanueva, responsable de la catalogación.

   Sin poder exponer en vida, esta vertiente creativa se mantuvo desconocida hasta su muerte en 1983, cuando se hizo una exposición conmemorativa en Molins de Rei, y desde entonces ha habido varios intentos de adentrarse en esta obra, que ahora ha materializado la Fundació Mercè Rodoreda del Institut d'Estudis Catalans (IEC) -gracias a la custodia de unas 20 obras en sus fondos, además de aportaciones de coleccionistas privados--.

ESTILO VANGUARDISTA

   Con un estilo que imitaba las vanguardias de inicios del siglo XX, Rodoreda plasmó en sus pinturas diversos animales, niños inquietantes, geometrías y abstracciones, además de imitar a Paul Klee, Vasili Kandisnky, Joan Miró y Pablo Picasso: "Era una gran conocedora de la obra de todos estos artistas", ha dicho Villanueva.

   Cuando vivió en París visitó museos y galerías, descubriendo las vanguardias, más que con una dimensión lúdica, con una vocación de reflexión interior e introspección, con un lenguaje que ella hacía suyo en una "osmosis" con la que absorbió la expresión libre de los cánones, que enseñan la Rodoreda más estallante y pujante.

   "Vivir en París en aquellos años es una somatización de aquellos artistas para estimular su lenguaje", ha explicado Girlat-Miracle, que ha celebrado que tanto pintura como escritura permitieron a Rodoreda llevar a cabo este arte de subconciencia.

   Giralt-Miracle ha defendido que estas creaciones son básicas para entender las vicisitudes de su vida y complejos, la guerra, la muerte, las dictaduras, los campos de concentración y también los amores, todo ello sobre papel, con dibujos y collages y materiales "corrientes" pero muy resultones.

   En la pintura encontraba un camino de expresión y liberación dejando atrás una Barcelona Noucentista y mediterránea: "Está su mundo pero idealizado", ha dicho Giralt-Miracle, que ha presagiado que ahora las obras de Rodoreda de coleccionistas privados se revalorizarán y todos querrán tener una Rodoreda.

   De entre una obra muy dispersa que no tenía vocación sistemática y de la que se desconoce el volumen total, Rodoreda no sólo usaba la pintura por su papel psiquiátrico o de recuperación moral y física, sino que para ella era una expresión plástica: "No se puede hablar de la Rodoreda de hoy si no se habla de su obra plástica", ha dicho Giralt-Miracle.

   De hecho, ha pronosticado que, coqueta como era, si viviera hoy quizás se habría dedicado a la moda porque se le daba muy bien coser y diseñar patrones como una vertiente estética más: "En las fotos en blanco y negro que se hacía hacer, siempre salía guapa. Ella controlaba el componente estético y era una parte esencial de su vida".

   A nivel técnico, su trayectoria pictórica va de unos sencillos primeros trazos siendo pequeña a unos rostros ensanchados, pasando después a figuras inquietantes "muy angustiantes" de niños en campos de concentración y cuerpos en movimiento hasta llegar a imitar a los grandes artistas de a época.

ACABAR LAS OBRAS COMPLETAS EN 2018

   Este volumen, que desea dar a conocer esta faceta de Rodoreda, se enmarca dentro del conjunto de las 'Obras completas' iniciada por la fundación en 2008, al que seguirá el epistolario, la poesía y el teatro, en los que está trabajando la fundación y que prevé acabar en 2018.

   El presidente del IEC, Joandomènec Ros, ha explicado que Rodoreda fue muy polifacética y que es posible que haya obra "en algún lugar de Europa que no se haya localizado", y ha precisado que durante muchos años sus obras colgaron de las paredes del IEC.

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