BARCELONA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, advierte en su Informe Anual de 2008 que los mecanismos de que dispone la administración educativa para controlar los posibles fraudes que se dan en la matriculación escolar son "muy débiles" y criticó la "falta de decisión" de la misma para combatir estas situaciones.
La Conselleria de Educación de la Generalitat anunció hoy que expulsará del centro a los niños de familias que falsifiquen datos sobre su domicilio en la matriculación escolar para conseguir plaza en un determinado centro. Si el caso se descubre a mediados de curso, el alumno será expulsado al siguiente.
En ocasiones, los fraudes consisten en empadronar al menor en otro domicilio cercano al colegio deseado o presentar certificados médicos falsos que alegan trastornos del sistema digestivo y conseguir así puntos complementarios.
El Síndic recibió numerosas quejas sobre este asunto el año pasado en municipios como Barcelona, Tarragona, Girona, Badalona, Cardedeu, Sabadell, Sant Joan Despí, Sant Adrià de Besòs, Cambrils, Cunit y Sant Quirze del Vallès.
Destaca que la actuación de algunos ayuntamientos ha mejorado y que, por ejemplo, el Consorcio de Educación de Barcelona está abordando el tema "de manera más decidida". Sin embargo, advierte que los mecanismos para comprobar si los empadronamientos son correctos varía mucho según los consistorios.
Añade que a pesar de existir denuncias hay ayuntamientos que no investigan los casos o que los procesos son lentos, ya que por ejemplo la mayoría e las quejas presentadas en 2008 están sin resolver aún. Ribó asegura que tomar medidas una vez iniciado el curso es complejo y esto contribuye a que la Conselleria de Educación de la Generalitat a veces "ni controle ni presione" a los consistorios para resolver los casos más rápido.
