BARCELONA 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un centenar de personas convocadas por varias ONG han organizado este domingo en la Plaza Sant Jaume de Barcelona una tamborada para celebrar la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de las bombas de racimo (de dispersión), que prohíbe su uso, fabricación, venta y almacenaje.
El encuentro, que ha transcurrido en un ambiente festivo, ha querido rememorar los dos años de campañas de presión, conferencias internacionales y negociaciones que finalmente han desembocado en el tratado.
Al menos 32 países o regiones del mundo están afectadas por la presencia de bombas de dispersión, que afectan en un 98% de los casos la población civil, y que son armas que se lanzan por tierra, mar y aire, y un 30% no llegan a explotar y quedan enterradas en el suelo.
Meritxell Benassar, de Greenpeace, ha apuntado a que si el 1% de la munición lanzada durante la guerra de Irak hubiera quedado sin explotar, el número de este tipo de bombas en el territorio irakí puede elevarse a 500.000 unidades.
Según Jordi Armandans, de la Fundació per la Pau, el tratado supone que la erradicación de las bombas de racimo "empieza a ser una realidad". El número de artefactos diseminados países de todo el mundo es imposible de calcular.
Las organizaciones convocantes de la tamborada en Barcelona, que se repetirá esta tarde en Lloret de Mar, han recordado que ahora debe abordarse el trabajo de limpiar los territorios con este tipo de bombas y asistir a las miles de víctimas.