El Temporada Alta recupera dos obras de Ibsen de la mano de Daniel Veronese

Europa Press Catalunya
Actualizado: jueves, 15 octubre 2009 16:30

BARCELONA 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Festival de Tardor, Temporada Alta, estrena mañana 'Projecte Ibsen', de Daniel Veronese, y 'Tercer Cuerpo', de Claudio Tolchair; dos directores argentinos que participaron hace dos años en el festival y cuyos personajes luchan contra la soledad para dar un sentido a sus vidas.

Con 'Projecte Ibsen', Veronese recupera dos obras del autor noruego Ibsen: 'Hedda Gabler', adaptado como 'Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo' y 'Casa de muñecas', que el director versiona como 'El desarrollo de la civilización venidera'.

Elvira Oneto, en su cuarto trabajo con Veronese, interpreta el papel de Hedda, una mujer obstinada y caprichosa que no se adapta a la vida burguesa que acaba de iniciar con su marido.

"Es alguien absolutamente desesperado por encontrar el sentido de su vida, y en esa búsqueda destruye todo lo que le rodea, incluida sí misma", explicó Oneto en rueda de prensa.

También mujer es la protagonista de la versión de 'Casa de muñecas', una obra que en su estreno en 1879 escandalizó a la sociedad que lo consideró un ataque a la familia al abandonar Nora a su marido e hijos dando un portazo.

María Figueras, que interpreta el papel de Nora, no quiso adelantar si en su versión se repetía el conocido golpe con la puerta pero explicó que la obra "narra el último día de una pareja" aparentemente bien asentada, "que está a punto de estallar".

Claudio Tolcachir presenta su segundo trabajo como director en 'Tercer Cuerpo'. Curiosamente, Tolcachir participó tres meses en los ensayos de la versión de Veronese, donde tenía que interpretar al marido de Nora. Pero finalmente se separó del proyecto y emprendió su propia obra.

En 'Tercer Cuerpo (la historia de un intento absurdo)', Tolcachir une en un mismo escenario cinco espacios y cinco personajes distintos, tres funcionarios y una pareja joven, que comparten la soledad, la incomprensión y la necesidad de querer y cuyas vidas se acabaran cruzando.

"Hay algo de soledad urbana en la obra", explicó Tolcachir que añadió que, aunque aparentemente ningún personaje aprenda nada" alcanzan un gran logro que es "mirarse a la cara y asumir que sus soledades son parecidas".

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