El proyecto final sufrirá cambios en su diseño a instancias del Ayuntamiento
BARCELONA, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las obras del monumento a los castellers se reemprenderán durante la primera quincena de septiembre, según el Ayuntamiento de Barcelona, después de que el nuevo gobierno municipal haya decidido continuar con la construcción del monumento en el mismo lugar que le adjudicó el anterior equipo, socialista.
Según habían confirmado a Europa Press fuentes del Gobierno municipal saliente, que formaban PSC e ICV-EUiA, el bipartito dio la instrucción de parar las obras, que ya habían empezado en la plaza de Sant Miquel al lado del consistorio, a instancias del nuevo equipo de Xavier Trias, que quería valorar las otras cinco localizaciones en las que en un primer momento se contempló colocar la obra.
La reunión entre Trias y el artista Antoni Llena convenció después al nuevo alcalde de la necesidad de mantener la obra en la plaza Sant Miquel --junto al edificio del Ayuntamiento--, ya que, según han declarado fuentes consistoriales a Europa Press, "el autor ideó la obra para una ubicación concreta que debía respetarse".
El encuentro se produjo a finales de julio, en la ronda de contactos que emprendió el nuevo consistorio de CiU para decidir dónde ubicar el monumento, ya que vecinos y comerciantes de la plaza Sant Miquel están en contra de su construcción.
Pese a mantener la ubicación inicial de la obra, el Ayuntamiento ha introducido modificaciones en el proyecto final, como la eliminación del amasijo metálico que remataba la cúspide del monumento aprobado por Jordi Hereu, por motivos "exclusivamente artísticos".
Además la obra --que está prácticamente acabada en el taller del artista, en Mataró-- se asentará sobre unos cimientos "especiales", que permitirán acceder al subsuelo de la plaza Sant Miquel, un espacio en la zona vieja de Barcelona bajo la que hay los restos de unas termas romanas.
"El objetivo es que los cimientos del monumento no impidan acceder al subsuelo si en algún momento se plantean trabajos arqueológicos en la zona", ha aclarado el consistorio.
El monumento, que cuesta unos 600.000 euros a las arcas municipales, estará formado por unas finas ramas de acero entrelazadas que forman una torre cilíndrica de 30 metros, rebasando la altura del edificio consistorial.