BARCELONA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Diversas personas que visitaron hoy la capilla ardiente de la pianista barcelonesa Alicia de Larrocha en el Palau de la Generalitat coincidieron en subrayar su discreción personal y su espíritu de superación artística, que la llevaron a ganar dos Grammy y el premio Príncipe de Asturias de las Artes, entre otros.
El amigo de infancia de la concertista José Ramón Ricart, señaló que "no le gustaba hablar de ella misma" y que tan sólo concedió un par de entrevistas a lo largo de su vida. La recordó como un mujer "muy sencilla y sincera", y como una pianista imposible de definir. "Hay que oírla", concluyó.
Otro allegado a la concertista, Joan Garriga, afirmó que era una intérprete "insuperable" y destacó su dedicación para promover la música de jóvenes compositores catalanes por todo el mundo. Elogió también su capacidad de autosuperación y su perfeccionismo, y afirmó que era tan exigente consigo misma como con sus alumnos.
Asimismo, Ana Bosch, que estudió piano y considera a de Larrocha como "una de las mejores pianistas del mundo", apuntó que la concertista desarrolló y enseñó una serie de posturas "muy exitosas" que cambiaron la relación del músico con el instrumento. Sobre el desconocimiento que el gran público tiene de la pianista, señaló que era muy reservada y que quería ser conocida tan sólo por su carrera musical.
Entre las figuras del mundo de la música que visitaron la capilla ardiente se encuentran los compositores Salvador Pueyo y Albert Guinovart, y los pianistas Stanislav Pochekin, Paloma O'Shea, y Jordi Calmell.
