Actualizado 13/07/2007 17:08

Hallan a un subsahariano oculto en el doble fondo de un vehículo cuando intentaba pasar la frontera Melilla-Marruecos

MELILLA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha localizado a un inmigrante oculto en un vehículo en la frontera entre Melilla y Marruecos, según informó hoy a Europa Press un portavoz del Instituto Armado. El inmigrante cogía el poco aire que podía desde unos pequeños orificios practicados a modo de respiradero.

Según las mismas fuentes, los agentes actuantes, al abrir el maletero del turismo, apreciaron cierta irregularidad, lo que motivó un registro exhaustivo, que dio como resultado la localización de un doble fondo situado entre el maletero y el respaldo del asiento trasero de un joven varón, de unos 25 años de edad, de origen subsahariano, indocumentado y que según dijo procede de Burkina Faso.

El conductor y propietario del vehículo, un joven natural y vecino de Nador, localidad de Marruecos próxima a Melilla, de 23 años de edad y que atiende a las iniciales M.B, fue inmediatamente detenido y será puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Por su parte, el inmigrante también será puesto a disposición judicial en calidad de testigo y posteriormente entregado al Cuerpo Nacional de Policía a efectos de aplicación de la Legislación vigente en materia de Extranjería, que establece su expulsión, aunque en el caso de los subsaharianos en la mayoría de las ocasiones esta actuación es imposible de realizar.

Según un portavoz de la Guardia Civil, este último subsahariano fue localizado en un habitáculo, construido de manera artesanal gracias a la eliminación del depósito de combustible que había sido sustituido por una pequeña garrafa de plástico a modo de depósito auxiliar, en el cual viajaba esta persona completamente aprisionada que fue auxiliada a salir, y que presentaba síntomas de desorientación, entumecimiento en todos sus músculos y serias dificultades para respirar.

La misma fuente subrayó que "el poco aire que podía coger del exterior, era a través de unos pequeños orificios, que a modo de respiradero habían diseñado para que pudiese respirar", algo que resultaba "peligroso por su proximidad a los gases procedentes del tubo de escape, aunque la mayor peligrosidad procedía de la garrafa de plástico que a modo de depósito viajaba junto a él debido a que permanentemente estaba inhalando los gases que se desprendían de la misma, además del peligro que hubiese supuesto una deflagración fortuita por cualquier circunstancia imprevista".