'El diablo viste de Prada', lo que aprendimos gracias a Miranda Priestly

'EL DIABLO VISTE DE PRADA
'EL DIABLO VISTE DE PRADA - FOTOGRAMA DE LA PELÍCULA EL DIABLO VISTE DE PRADA
Actualizado: sábado, 12 febrero 2022 10:17

   MADRID, 12 Feb. (CHANCE) -

   Quién no ha tenido alguna vez a un jefe o jefa que sea igual que Miranda Priestly, el personaje interpretado por Meryl Streep en 'El diablo viste de Prada', película en la que no solamente vemos como la moda pertenece a un sector en el que todos participamos de alguna manera, sino también de la que nos han quedado muchas lecciones.

   El papel de Andy, interpretado por Anne Hathaway, es uno de los más importantes en esta película porque refleja el sacrificio y la perseverancia de una mujer que quiere cumplir sus sueños, a sabiendas que tiene que pasar por el mismísimo infierno en la redacción de la revista Runaway. Aún así, no se vendió, a pesar de ver la superficialidad que hay en el sector de la moda o en concreto, de la revista en la que trabaja.

   La relación entre Andy y Miranda Priestly nos deja muchas lecciones que no pasaron desapercibidas en el momento que vimos la película en las salas de los cines. En primer lugar, la ayudante de la jefa máxima de la revista es contratada sin tener ni idea de moda, ni de ella misma, a diferencia de todas las personas que habían sido convocadas para ocupar la vacante.

   Miranda aprovecha a una joven que no tiene ni idea del sector, ni de su nombre, porque piensa que sería más fácil trabajar con alguien así que con una persona que ya sabe dónde se mete.

   A lo largo de la película podemos ver como Andy quiere tirar la toalla en muchas ocasiones, pero resiste porque su fin es lograr sus sueños y para eso necesita trabajar y tener ahorros. Consigue ganarse la confianza de Miranda adelantándose a sus peticiones y sorprendiéndola con imposibles que logra conseguir.

   Además, el físico de Andy evoluciona a lo largo de los días hasta convertirse en una mujer espectacular vestida con grandes marcas, todo ello para darle gusto a su jefa, no por ella. Centrarse tanto en su trabajo le cuesta su relación sentimental y su vida social con sus amigos y justo cuando está a punto de saborear el éxito... la protagonista decide abandonar a la mujer por la que vivió los últimos meses de su vida.

   Miranda no puede creer que Andy la abandonase, después de todo lo que hizo para ganarse su confianza no entiende cómo cuando está en la cima abandona esa torre de arena para bajar hasta lo más terrenal, recuperar su vida y luchar por el trabajo que siempre había soñado en un conocido periódico...

   Luchó por lo que verdaderamente quería y consiguió, después de todo el sufrimiento y de perder lo que más quería, lo que siempre había soñado. La escena final de la película nos deja entrever a una Miranda que, a pesar de su dureza, se muestra cariñosa con la que fue su ayudante. El jefe del periódico donde contratan a Andy le llamó para pedir referencias de su nueva empleada y ésta le dijo que había sido la mayor decepción de su vida, pero que 'sería un idiota si no te contratase'.

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