MADRID (EUROPA PRESS, por Esther Sanz)
La 'princesa del pueblo' se divorcia definitivamente. Belén Esteban no ha podido salvar su matrimonio con Fran Álvarez, según confesó esta semana en 'Sálvame', el programa que presenta junto a Jorge Javier Vázquez. Entre lágrimas, la madrileña anunciaba -a los telespectadores y a sus compañeros- que ya había firmado los papeles y que en quince días el divorcio sería legal. Ésta es la tercera ruptura entre Belén y Fran, quienes hace unos meses retiraron los papeles en el último momento. Belén señaló que la situación es difícil de explicar, ya que "no soy feliz estando con él, pero tampoco sin él". En este sentido, la concursante de '¡Más que baile!' aseguró que sigue muy enamorada de Fran y que él es el hombre de su vida: "Ni Jesulín ni leches". La Esteban ha aclarado que su separación no se debe a terceras personas ni a su trabajo, pero no quiso desvelar cuál es el verdadero motivo: "Es algo que sólo sabemos Fran y yo". Para añadir más misterio, la joven envió un mensaje a la familia de su ex: "Que sólo crean lo que diga por mi boca, no lo que digan otros".
El delicado momento de Belén Esteban contrasta con el de Sara Carbonero, otro de los rostros más populares de Telecinco. La guapa periodista deportiva está feliz junto a Iker Casillas, relación que por fin vemos confirmada en imágenes gracias a 'Lecturas'. La revista publica en portada unas fotos de los jóvenes dedicándose besos y abrazos, después de compartir una cena en un restaurante de la capital. Una vez fuera del local, Sara y el portero del Real Madrid dieron rienda suelta a su pasión, pensando que estaban lejos de miradas indiscretas. Ambos se conocieron el pasado verano durante la Copa Confederaciones, pero tanto Sara como Iker tenían entonces pareja. El romance pudo comenzar antes de finales de año, pero los rumores se hicieron más fuertes coincidiendo con el día de San Valentín, cuando se dejaron ver en actitud cariñosa en una conocida sala madrileña. Sólo ellos saben cuánto dura su amor, que les ha convertido ya en la pareja de este 2010.
Las vidas sentimentales de Belén Esteban y Sara Carbonero han logrado restar protagonismo a la mismísima Penélope Cruz, que volvió a dejar el listón de España muy alto en los Oscar. La de Alcobendas no se llevó la estatuilla a la mejor actriz secundaria, pero se erigió de nuevo en una de las más elegantes de la noche. Su vestido de Donna Karan drapeado, de cuerpo sirena y escote palabra de honor asimétrico no convenció a la prensa española, que señaló que Pe "no iba vestida para ganar" y criticó que el color vino se camuflara con el de la alfrombra. Sin embargo, los medios estadounidenses la han colocado entre las más deslumbrantes de la gala, compitiendo con Demi Moore, Cameron Díaz, Sandra Bullock, Meryl Streep y Sarah Jessica Parker. Incluso la ONG americana World Mind Network ha premiado a la intérprete como la mejor vestida de los Oscar, que disfrutó al lado de Javier Bardem en el Teatro Kodak. Como ya hicieran en los Goya, la pareja llegó por separado pero luego no tuvo reparos en dejarse ver acompañada, oficializando también su relación al otro lado del Atlántico.
Otra española que ha conquistado Hollywood es Paz Vega, quien ha cogido carrerilla en esto de la maternidad. Tan sólo ocho meses después de convertirse en padres por segunda vez, la sevillana y su esposo, Orson Salazar, esperan su tercer churumbel. El matrimonio ha anunciado la buena nueva en una entrevista exclusiva en '¡Hola!', donde la protagonista de 'Carmen' reconoce que al principio el embarazo fue un "shock", ya que tanto ella como Orson tienen que cambiar todos sus planes. Paz comenta que su estado de buena esperanza la frena "un poquito" profesionalmente, pero señala que dar a luz es "uno de los momentos más felices de su vida". El matrimonio, que ya tiene la parejita, Orson y Ava, prefiere tener un niño, pero, como a todos los padres, les da igual siempre que llegue sano. Como sano y radiante llegó al mundo el pequeño Pedro, el primogénito de Caritina Goyanes y Antonio Matos, que nació el pasado 5 de marzo en la Clínica Rubber de Madrid.
Tras la resaca de los Oscar, la vida en la meca del cine continúa. Por enésima semana, Brangelina protagonizan los rumores sobre las estrellas del celuloide. Próximamente se publicará el libro 'Brad Pitt and Angelina Jolie: The True Story', en el que el escritor Jenny Paul afirma que la explosiva actriz tuvo un romance con Mick Jagger, al que conoció en 1997 durante el rodaje del videoclip de los Rolling Stones 'Anybody Seen My Baby'. Él tenía entonces 43 años y ella tan sólo 22, cinco menos que la hija de su amante. Además, Angelina estaba entonces casada con el actor Jonny Lee Miller. Comparado con este bombazo, los comentarios sobre que Brad intentó volver con Jennifer Aniston tras una crisis con su chica se quedan en nada. Es más, dicen que la popular Rachel de 'Friends' le dio calabazas, lo que hizo al actor reflexionar sobre su vida amorosa y sentir que Angelina y él están predestinados, aunque su relación no sea un camino de rosas. Al contrario que el matrimonio de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni, que la cantante califica como un "cuento de hadas" frente a los rumores de infidelidad por ambas partes, que podrían haber sido inventados y difundidos en Twitter.
Poco se supo de la vida amorosa de Michael Jackson en vida, pero parece que fue un ligón. Al menos eso aseguran sus tres guardaespaldas de confianza, Mike García, Bill Whitfield y Javon Beard, que han revelado en el programa 'Good Morning America' que el 'Rey del Pop' tuvo dos novias estables, cuyas identidades mantuvieron en secreto. Además, los encargados de la seguridad de Jacko han contado que éste mantenía muchos encuentros con mujeres: "En los coches que teníamos había una cortinilla que ocultaba el asiento trasero, no podíamos ver lo que ahí pasaba. Allí hablaban, podíamos oír cómo se besaban, aunque no iban más allá de los límites". Asimismo, los guardaespaldas han señalado que "Michael era un hombre" y "se sentía atraído por las mujeres". Unas declaraciones que, lejos de aclarar algo sobre las relaciones del mito, sólo aportan más morbo.