MADRID, 21 Jun. (CHANCE) -
Aunque parezca mentira, en los últimos 15 días tan solo hemos visto en una ocasión a Tamara Falcó. La marquesa de Griñón está siguiendo un tratamiento détox en la clínica Buchinger de Marbella, poniéndose a punto para su boda con Íñigo Onieva, para la que apenas quedan dos semanas.
El pasado jueves la socialité abandonaba momentáneamente su 'retiro' para cumplir con su cita semanal con 'El Hormiguero', y se prevé que de por concluida su estancia con Isabel Preysler en el prestigioso centro en apenas unas horas, radiante, con unos cuantos kilos menos y con fuerzas suficientes para afrontar la recta final para su 'sí quiero' y ultimar los flecos que le quedan para que todo salga perfecto en su gran día.
Uno de ellos, su vestido de novia. Tras viajar a Nueva York en dos ocasiones para probarse el diseño que Wes Gordon está diseñando para ella en los talleres de Carolina Herrera en la ciudad de los rascacielos, se prevé que el diseñador viaje próximamente a Madrid para hacer la última y definitiva prueba del look nupcial con el que Tamara pasará por el altar con Íñigo.
Un traje sobre el que Cristina Reyes no adelanta ningún detalle: "No tengo ni idea, te lo prometo, pero Tamara está feliz e ilusionada que es lo importante" ha asegurado, manteniendo el misterio acerca de cuándo se reencontrarán la socialité y el director creativo de Carolina Herrera.
Unas declaraciones con las que Cristina, leal a Tamara, evita revelar ningún detalle del gran día, en el que como asegura les desea a los novios "lo mejor del mundo y que sean súper felices".
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