MADRID, 30 Nov. (CHANCE) -
Han pasado tres años del fallecimiento de Carlos Marín, el recordado cantante de 'Il Divo', y parece que por fin Geraldine Larrosa Innocence, la que fuera su mujer, está empezando a ver la luz al final del túnel en esa guerra legal que emprendió con la familia del artista.
El pasado 13 de octubre Carlos hubiese cumplido 56 años y su familia, capitaneada por su madre Magdalena Menchero y su hermana Rosa Marín, quiso rendirle homenaje organizando un emotivo cumpleaños en el cementerio de La Almudena, donde reposan sus restos mortales. Sin embargo, Geraldine no acudió.
¿El motivo? La batalla legal que mantienen la artista y la madre de Marín por la herencia del exlíder de 'Il Divo'. El cantante dejó a su exmujer una casa valorada en 700.000 euros en Madrid -en la que residían- sobre la que pesa una hipoteca de 300.000 euros. Y ahí es donde está el problema, ya que Geraldine pretende que sea su familia la que se haga cargo, mientras Magdalena se niega a asumir este pago.
Este fin de semana, la cantante se ha dejado ver ante los medios y ha asegurado que la situación con la familia de Carlos está mejor: "Hemos arreglado un poco ya los asuntos de las escrituras, me entregaron ya el legado, obviamente con las deudas porque el seguro desapareció".
Además, ha comentado que "me encantaría abrazar a la madre y todo" pero no lo hace porque "hay cosas que se han malinterpretado y yo tengo la conciencia tranquila". "Si ella quiere seguir así en ese dolor, yo lo siento, es muy doloroso lo que le ha pasado a ella por ser madre, y yo por mi compañero de vida", aseguraba.
Buenas noticias, ya que al fin empieza a ver el fin a esta guerra legal que comenzaba hace unos años y con ello, poder seguir recordando a uno de los grandes amores de su vida: "Carlos ha sido mi compañero de vida, y teníamos unos proyectos y una vida nueva que íbamos a empezar".