MADRID, 24 Feb. (CHANCE) -
Los preparativos de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva marchan viento en popa a toda vela y, como ha confirmado la marquesa de Griñón después de confesar que se acuesta y se levanta pensando en su enlace - "es todo un mundo" ha reconocido - los detalles más importantes de su gran día están ya decididos.
Será el 8 de julio cuando la pareja se de el 'sí quiero' en el palacio El Rincón y, como ha revelado, el encargado del banquete con el que agasajarán a sus invitados no es otro que Eneko Atxa, chef del restaurante bilbaino Azurmendi, que cuenta con tres estrellas Michelín y es el lugar en el que los novios celebraron el cumpleaños de la madre del empresario, Carolina Molas, en su reciente escapada a Bilbao.
Un viaje exprés en el que Tamara visitó el taller de 'Sophie et Voilà', firma que diseñará su vestido de novia, que como ha confesado ya ha elegido. Un diseño que tenía claro desde hace tiempo y que, como asegura, es tan "original" como "diferente" y "no todo el mundo lo va a entender".
Sin embargo, hay un punto fundamental de la boda que tendría en un 'sinvivir' a la socialité y a Íñigo: la lista de invitados. Y es que entre los casi 500 invitados que se prevé que acudan a su enlace, hay uno con el que no se ponen de acuerdo, Hugo Arévalo. Tal y como se rumorea, Tamara querría invitar el empresario, su socio en la empresa 'Miniplanta', pero su prometido estaría cerrado en banda a que su examigo - con el que rompió toda relación tras su breve 'affaire' con su exnovia tras su ruptura el pasado mes de septiembre - esté presente en el día más feliz de su vida.
Especulaciones a las que Íñigo acaba de poner fin de lo más sonriente, dejando claro que no hay "ningún drama" entre su prometida y él por Hugo Arévalo. "Mi única preocupación es que llueva el día de nuestra boda" ha bromeado. Sus declaraciones, ¡en el siguiente vídeo!
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