MADRID, 8 Sep. (CHANCE) -
Sorprendida y muy agradecida por las innumerables muestras de cariño que han recibido tras el fallecimiento de María Jiménez, y 'en shock' al ver que Sevilla se ha lanzado literalmente a las calles para despedir de una manera muy especial a la cantante. Isabel, su única hermana y uno de los pilares fundamentales de su vida, ha sido de las primeras personas que ha llegado este viernes a la capilla ardiente de la artista en el Ayuntamiento de la ciudad andaluza; y a pesar del doloroso trance que está atravesando, ha querido atender a los medios de comunicación antes de que el féretro con los restos mortales de la inolvidable intérprete de 'Se acabó' recorra las calles de su Triana natal cumpliendo así con su último deseo.
Reconociendo el cansancio que arrastra tras varios días sin dormir apenas porque fue ella quien acompañó a María en el hospital antes del triste desenlace, Isabel se ha mostrado muy emocionada y reconfortada por lo vivido en las últimas horas: "Dentro del dolor porque mi hermana estaba ya muy enferma y la enfermedad se la ha llevado, para nosotros esto es una satisfacción muy grande. Sevilla se volcó, vinieron 30.000 personas. Yo estaba sorprendida, porque sé cómo la gente la quiere, pero es que lo de ayer yo no me lo esperaba, pero además que nos gusta porque ella eso era lo que quería, su público, su gente, su Sevilla, su Triana... Hoy se cumple el último deseo que ella quería, su paseo en coche de caballos. Aquí se cumple todo lo que ella decía, todo".
Un sentimiento agridulce el del dolor por la pérdida de su hermana, que se une a la alegría por ver lo querida que era María, y que comparte con el hijo de la cantante, Alejandro Sancho, que como ha confesado su tía Isabel "no se encuentra bien, está agotado", aunque no ha querido perderse el último e impresionante adiós que Sevilla ha regalado a su madre.
La hermana de la artista también ha atendido a 'Espejo público' y ha explicado que María "era una mujer muy alegre y le gustaría que la recordaran cantando y bailando". "Si cualquiera le decía algo por la calle le respondía y se volvía con cualquier barbaridad de la suya y se meaba la gente de risa. Ella se saltaba todo a la torera", ha recordado con una sonrisa triste.
Toca despedirse de ella, y como ha revelado Isabel sin poder contener las lágrimas, en este día la hija de María, Rocío -fallecida a los 16 años en un accidente de tráfico- estará más presente que nunca: "Hoy va a estar con su hija. La muerte de su hija no lo superó en la vida. La vida le dio mucho y le quitó mucho", ha asegurado muy emocionada.
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