MADRID, 29 Feb. (EUROPA PRESS)
Justo cuando volvía a sonreír gracias a la llegada de su nieta, la vida ha vuelto a dar un duro golpe a Isabel Preysler. El martes su marido sufría un derrame cerebral que a punto ha estado de costarle la vida. Arropada por sus hijas Tamara y Ana, no se separa ni un instante de el ex ministro, que permanece ingresado en la Clínica Ruber de Madrid.
Cuando todavía no había terminado de recuperarse tras perder a su hermana, la desgracia ha vuelto al seno de la familia sacudiendo a una de las personas más importantes en la vida de la famosa filipina: su marido.
Miguel Boyer, de 73 años, ingresaba el martes en la clínica Ruber de Madrid tras sufrir un derrame cerebral. Pese que en un principio su diagnóstico revestía gravedad, con el paso de las horas, el ex ministro se ha ido estabilizando y ahora "evoluciona de manera satisfactoria", según recoge el último parte médico al que ha tenido acceso Europa Press.
Desde un primer momento, tanto Isabel como la hija que tuvo junto al ex ministro, Ana, se desplazaron de inmediato para estar junto a Miguel. Junto a ellas también ha estado Tamara Falcó, que siempre ha considera a Boyer su segundo padre.
Horas interminables de tensión en las que las tres han hecho una auténtica piña frente los difíciles momentos. En estas 24 horas sólo se ha podido ver a Isabel volviendo a su casa a descansar por la noche tras una interminable jornada de nervio y mucha tensión en el hospital.
