MADRID, 28 Ago. (CHANCE) -
Dispuesta a defender a su hijo con uñas y dientes, la madre de Luis Rubiales, Ángeles Bejar, se ha encerrado este lunes en una iglesia de la localidad granadina de Motril, iniciando una huelga de hambre indefinida en apoyo al presidente de la RFEF por la "cacería injustificada y sangrienta" que está sufriendo por su polémico beso no consentido a la futbolista Jennifer Hermoso tras la final del Mundial en la que la Selección Española se impuso a la de Inglaterra.
Acompañada por su cuñada, muy triste e incapaz de dejar de llorar en ningún momento, la madre de Rubiales se ha negado a abandonar la parroquia de la Divina Pastora -en el centro de Motril- cuando los párrocos se lo han pedido, y su intención es permanecer en el interior del templo sin ingerir alimentos hasta que Jenni "no diga la verdad".
La mujer se encuentra en buen estado y rezando por su hijo, y como ha declarado su sobrina Vanesa Ruiz Béjar, no quiere abandonar la iglesia porque en estos durísimos momentos se ha refugiado en Dios y en su fé. "Estamos sufriendo un acoso y derribo que no es justo. La familia lo está pasando muy mal y queremos que Jenni diga la verdad. No es justo. Jenni, queremos que digas la verdad. Luis es buena persona, buen hijo y una persona muy nombre" ha asegurado la prima de Rubiales, que ha adelantado que Ángeles Bejar no abandonará la iglesia ni dejará su huelga de hambre hasta que la futbolista diga 'la verdad' de su beso con Rubiales.