MADRID, 1 Jul. (CHANCE) -
Después de anunciar el jueves en 'El Hormiguero' que este viernes viajaría por última vez a Nueva York para probarse y ver el resultado final de su vestido de novia, Tamara Falcó y su madre, Isabel Preysler, se dejaban ver ayer en el aeropuerto de Madrid a primera hora de la mañana. Un viaje que, como ella dijo, sería de ida y vuelta.
Así ha sido. Este sábado, la Marquesa de Griñón ha aterrizado en Madrid junto a su madre después de ver por última vez el vestido que lucirá el próximo 8 de julio en su boda con Íñigo Onieva.

Madre e hija han aparecido por la zona premium del aeropuerto con ropa cómoda, tal y como las vimos ayer, y se han dirigido al vehículo que les esperaba en las inmediaciones para regresar a su casa. Isabel se ha mostrado de lo más simpática con el personal, ya que ha tenido unas palabras antes de montarse al coche con ellos muy sonriente.

Parece que todo ha ido como esperaban y que Tamara ya tiene hecho a medida el vestido de Carolina Herrera que lucirá el día más importante de su vida. Este viernes, la Marquesa aprovechaba para lanzarle un mensaje a su pareja a través de sus redes sociales y reflejar lo enamorada que está.
Tamara está saboreando este momento tan dulce y hace caso omiso a todas las informaciones que han salido, sobre todo la de la infidelidad de Íñigo con una policía de Madrid. Segura de sí misma y del paso que va a dar en su relación, la Marquesa está deseando pasar por el altar el próximo 8 de julio.
Minutos más tarde, las dos hacían su aparición en la casa de Puerta de Hierro. Lejos de quedarse en el domicilio que comparte con Íñigo Onieva, Tamara ha preferido instalarse con su madre... pero lo cierto es que no nos ha querido desvelar si va a mantener la tradición de no ver al novio hasta el gran día.
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