MADRID, 18 Feb. (CHANCE) -
El césped artificial se ha consolidado en España como una opción eficiente y sostenible para jardines, instalaciones deportivas y espacios urbanos. Su capacidad para reducir el consumo de agua y minimizar el mantenimiento lo convierte en una alternativa cada vez más utilizada. Desde MERCACÉSPED, empresa especializada en césped sintético, destacan cómo esta solución contribuye al ahorro de recursos, la disminución de la huella de carbono y la mejora del entorno urbano, ofreciendo ventajas significativas frente al césped natural.
AHORRO DE AGUA Y MENOR MANTENIMIENTO CON CÉSPED ARTIFICIAL
Uno de los principales beneficios del cesped artificial es la drástica reducción del consumo de agua. En un contexto de sequía y restricciones hídricas en muchas regiones de España, esta alternativa permite mantener espacios verdes sin necesidad de riego constante. Está comprobado que un jardín de 100 metros cuadrados con césped natural requiere aproximadamente 216 metros cúbicos de agua al año, lo que puede suponer un gasto de entre 400 y 700 euros, dependiendo de la tarifa local.
Desde MERCACÉSPED destacan que, al no necesitar riego regular, el césped sintético evita este consumo excesivo y garantiza un aspecto impecable durante todo el año. Además, reduce los costes de mantenimiento al eliminar la necesidad de segado, fertilización y replantado, lo que también disminuye el uso de productos químicos perjudiciales para el medioambiente. Por este motivo, cada vez más administraciones y particulares optan por instalar césped artificial en jardines privados, espacios públicos y áreas deportivas. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España el consumo medio de agua en parques y jardines públicos alcanza los 100 litros por metro cuadrado al año. Por lo que reducir esta demanda resulta esencial en ciudades con escasez hídrica.
REDUCCIÓN DE LA HUELLA DE CARBONO Y MATERIALES SOSTENIBLES
El césped natural, a pesar de absorber CO2, requiere un mantenimiento intensivo que genera emisiones de gases de efecto invernadero. Según un estudio citado por Ferrogal, el uso de maquinaria como cortacéspedes y la aplicación de fertilizantes pueden provocar emisiones que superan la capacidad del césped natural para capturar carbono.
Desde MERCACÉSPED explican que el césped artificial no necesita este tipo de mantenimiento, lo que reduce significativamente su impacto ambiental a largo plazo. Además, muchas de las soluciones actuales están fabricadas con materiales reciclados y procesos de producción más sostenibles, lo que minimiza aún más su huella ecológica. La empresa destaca la importancia de elegir productos de alta calidad y con certificaciones medioambientales que garanticen su durabilidad y respeto por el entorno.
Otro aspecto clave es la larga vida útil del césped sintético. Mientras que el natural requiere constantes cuidados y renovaciones, un césped artificial de calidad puede durar más de 15 años sin apenas deterioro. Este factor contribuye a la sostenibilidad, ya que reduce la generación de residuos y la necesidad de reposición frecuente.
IMPACTO POSITIVO EN EL ENTORNO URBANO Y LA BIODIVERSIDAD
El césped artificial mejora la estética de los espacios urbanos sin los inconvenientes del césped natural. En entornos urbanos, donde la falta de agua y el desgaste del uso continuo dificultan el mantenimiento de áreas verdes, esta alternativa garantiza un aspecto cuidado y funcional durante todo el año.
Desde MERCACÉSPED señalan que el césped sintético también ayuda a reducir la contaminación del suelo y del agua, al no necesitar pesticidas ni fertilizantes químicos. Además, las nuevas tecnologías en su fabricación han permitido desarrollar modelos que evitan la acumulación excesiva de calor, mejorando el confort en zonas exteriores.
Si bien el césped natural proporciona refugio para algunas especies, su mantenimiento con productos químicos puede afectar negativamente la biodiversidad. Por ello, MERCACÉSPED recomienda combinar césped artificial con plantas autóctonas y áreas ajardinadas naturales, creando espacios equilibrados y sostenibles. Esta estrategia permite aprovechar las ventajas del césped sintético sin renunciar a la presencia de vegetación natural beneficiosa para el ecosistema.
El césped artificial se presenta como una alternativa sostenible y eficiente frente al natural, especialmente en un contexto de creciente preocupación por el ahorro de agua y la reducción del impacto ambiental. Por eso, desde MERCACÉSPED insisten en que su instalación permite disfrutar de espacios verdes con menos consumo de recursos, menor mantenimiento y una mayor durabilidad.
Elegir un césped artificial de calidad, fabricado con materiales sostenibles y reciclables, permite aprovechar al máximo sus ventajas. Gracias a las innovaciones en el sector, cada vez más jardines, parques y espacios urbanos optan por esta alternativa, que combina estética, funcionalidad y respeto por el medioambiente.
(Información remitida por la empresa firmante)