MADRID, 3 Oct. (CHANCE) -
Organizar un afterwork en un bar puede parecer sencillo: unas bebidas, buena compañía y listo. Pero si quieres que sea realmente inolvidable, fomente relaciones y refuerce la cultura del equipo conviene planificarlo con cuidado. A continuación, te presentamos una guía práctica para diseñar un evento exitoso que incluso siente las bases para inaugurar una pequeña tradición en la empresa.
DEFINE EL OBJETIVO, LOS ASISTENTES Y EL PRESUPUESTO
Antes de realizar una reserva, es importante que sigas una serie de pasos. A continuación encontrarás más información:
1. Concreta por qué haces el afterwork. ¿Vas a celebrar un hito? ¿Deseas integrar a los empleados nuevos? ¿Buscas conectar equipos que rara vez colaboran? El objetivo guiará el resto de las decisiones: el formato, la fecha, las dinámicas y el tono.
2. Determina a quién invitarás. Un afterwork "abierto" puede ser útil para fomentar la cohesión general; y uno "dirigido" (por ejemplo, solo para el área de Ventas) puede propiciar conversaciones más específicas y enfocadas. Comunica de forma transparente los criterios de invitación para evitar malentendidos.
3. Fija un presupuesto realista y desglósalo. Establece un consumo mínimo, actividades y un margen del 10-15 % para imprevistos. Decide también el modelo de gasto: ¿lo cubre la empresa, se reparte entre los asistentes o se fija un tope por persona? Comunica desde el principio qué está incluido y qué no.
ELIGE EL BAR Y PLANEA LA LOGÍSTICA
La sede marca la diferencia. Prioriza un lugar accesible en transporte público o cercano al trabajo. Asegúrate de que el aforo, la acústica y la disposición del mobiliario favorezcan la interacción: mesas altas para facilitar la rotación de grupos, una zona más tranquila para conversaciones profundas y, si es posible, un espacio separado para dinámicas breves. Te sugerimos visitar el lugar en la misma franja horaria del evento, ya que la atmósfera de un bar puede variar mucho dependiendo de la hora.
Es importante alinear previamente las expectativas con la gerencia del bar y dejar todo por escrito: la reserva, el consumo mínimo en caso de que lo haya, el horario establecido, la política frente a ausencias o cancelaciones de último momento y la forma de pago. También conviene preguntar por las opciones sin alcohol, y asegurarse de que existan alternativas aptas para personas con alergias o menús con un etiquetado claro. Otro aspecto a confirmar es si el establecimiento permite llevar material propio, como carteles, juegos o proyector portátil.
DISEÑA LA DINÁMICA DEL AFTERWORK
Un afterwork no es una reunión formal, pero sí puede enriquecerse con una mínima estructura. Comenzar con un breve mensaje de bienvenida ayuda a marcar el tono: allí se puede explicar el objetivo del encuentro, expresar agradecimiento a quienes asisten y aclarar la logística esencial (horarios, comida, forma de pedir, pautas para fotos, entre otros detalles). Este gesto sencillo permite alinear expectativas y, al mismo tiempo, reduce la posible ansiedad social.
Propón microdinámicas opcionales que faciliten la interacción entre personas sin que nadie se sienta forzado. Pueden ser, por ejemplo, tarjetas con preguntas rompehielos, una rotación ligera cada veinte minutos para conocer a alguien de otra área, o un pequeño quiz colaborativo vinculado a la cultura de la empresa. La clave es que estas actividades acompañen, sin robar protagonismo ni interrumpir el flujo natural de la conversación, y que eviten la exposición excesiva de los participantes.
Por último, planifica también el cierre. Unos diez minutos antes del final, anuncia la última ronda y aprovecha para agradecer la presencia de todos. Si existen próximos pasos (como compartir fotos en un canal interno o lanzar una breve encuesta) menciónalos en el momento para que queden claros y no se pierdan entre los mensajes posteriores.
La diferencia entre un afterwork agradable y uno verdaderamente memorable suele estar en los detalles pequeños. Si cada encuentro se concibe como un ciclo de aprendizaje, no solo se fortalecen los lazos entre colegas: también se cultiva una cultura que integra la celebración y la convivencia como parte esencial del trabajo.
(Información remitida por la empresa firmante)