MADRID, 5 May. (CHANCE) -
El descontrol de una fiesta en la que asisten 2.000 personas puede ser algo desorbitado y si a esto le sumas la promoción a través del hastag #mansionparty, probablemente el resultado no sea bueno. En esta ocasión la realidad ha superado la ficción y ha sido en Brampton donde han podido ver las consecuencias de hacer una fiesta en la que no se controla el aforo de personas.
Todo comenzó con un mal uso de las redes sociales, y es que Patrick O'Rourke, así se llama el usuario de Twitter que promovió la 'mansionparty' , no pensó en las consecuencias de ofrecer su casa para una fiesta. La afluencia fue tal, que incluso los asistentes crearon tendencias propias a través de Twitter. La repercusión llevó a la policía a avisar a la madre del chico para decirle que su casa estaba siendo promocionada para una fiesta, a lo que la madre contestó: "Le dije a mi hijo que podía llevar a algunos amigos". Después de esto, parece ser que la madre y el hijo tienen opiniones divergentes sobre la cantidad de amigos.
Después de recibir varias llamadas al 911 de los vecinos, 60 unidades de la policía, incluidos los oficiales tácticos, se presenciaron en la casa en la que se detuvo a algunos asistentes por agresiones, consumo de alcohol y excesivo ruido y es que la fiesta se fue de las manos. El 'organizador' no debió pensar que su poder de convocación era tal, por lo que se llevo una desagradable sorpresa cuando su casa, mejor dicho la de sus padres, quedó totalmente destrozada.
La peor parte se la llevaron los padres, que ajenos a todo esto, tendrán que pagar un total de 50.000 dólares para reparar todos los daños que se produjeron en la fiesta. Numerosas fotos de la fiesta fueron publicadas en Twitter o Instagram y los asistentes ya la comparan con la famosa película de Hollywood 'Proyecto X'.
En declaraciones al periódico local de Thomas Ruttan, uno de los policías que se presenciaron en la casa, se puede leer: "Queremos hacer consciente al público de que los medios sociales pueden no ser el mejor lugar para anunciar la fiesta, simplemente porque no somos realmente conscientes de la trascendencia de las redes sociales".
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