Sebastián Palomo Danko encuentra la felicidad en el mundo del toro

Posado de Sebastián Palomo Danko
JOSEFINA BLANCO/EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 24 agosto 2012 13:00

MADRID, 24 Ago. (Por Irene Díaz) -

Tras afrontar con entereza y discreción el divorcio de sus padres, ha encontrado de nuevo la felicidad en su vuelta a los ruedos. El hijo mayor de Marina Danko y Sebastián Palomo Linares recorre las plazas de España de nuevo con renovada ilusión.

Recuperado de su lesión, el toro vuelve a ser ahora su vida. Tras romper su relación con Olivia de Borbón no ha cerrado las puertas al amor, vive a caballo entre el campo y la ciudad y no descarta formar algún día una familia.

Sin embargo, a sus treinta y cinco años, aún ve lejos la paternidad y se centra en sumar triunfos y evolucionar profesionalmente entrenando duro a diario.

- ¿Qué sensaciones estás experimentando en tu vuelta a los ruedos?

- Muchas y muy buenas, estoy muy contento y especialmente satisfecho de haber vuelto a hacer lo que más me gusta en la vida y ejercer de nuevo la que considero mi profesión, es una sensación que no puedo comparar con nada, ahora mismo tengo la vida que yo quiero.

- ¿Marcha todo como esperabas?

- Sí, estoy toreando prácticamente todos los fines de semana, con muchos festejos por toda España y feliz.

- Dar este paso debe haberte requerido mucha preparación...

- Estoy las veinticuatro horas del día pensando en el mundo del toro pero además de preparar la cabeza hay que preparar el cuerpo y entrenar duro, me levanto todos los días a las siete y media, a las ocho ya estoy corriendo y no dejo de entrenar hasta que se pone el sol.

- ¿Cómo se han tomado tus padres esta vuelta?

- No me han hecho ningún comentario al respecto, es algo asumido ya en casa, supongo que han entendido que lo mejor para mi es que haga lo que me gusta, ya tengo unos añitos y el toro es mi vida.

- ¿Han ido ya a verte torear?

- No, aún no.

- Quizá no se sientan con fuerzas...

- Quizá sea eso, siempre es duro ver torear a alguien a quien quieres.

- ¿Sería una carga para ti en este momento una mujer?

- No, todo lo contrario, tiene su lado bonito que se preocupen por ti, torear delante de la mujer a la que quieres es una de las cosas más bonitas que se pueden hacer.

- Estás entonces abierto a volverte a enamorar...

- Claro pero eso es algo que no puede decidir uno, tiene que surgir.

- ¿Te gustaría ser padre?

- Más adelante quizá sí, todo tiene su momento, ahora mismo me conformo con cuidar de mi perro y evolucionar profesionalmente, eso es lo que me toca ahora mismo.

- ¿Alguna vez has pensado en ser modelo?

- No, ese no es mi terreno, hago pequeñas cosas y nada más.

- ¿Te consideras un hombre de campo?

- Sí, soy un hombre de campo pero también me gusta mucho la ciudad, ahora gracias a Dios tengo la suerte de poder compaginar ambos.

- ¿Cómo está tu madre?

- Muy bien.

- Todos más tranquilos tras la tormenta...

- Todos bien.

- ¿Cómo luchas contra el miedo?

- Tiene que estar siempre presente, es fundamental, no se trata de luchar contra él sino asumirlo y controlarlo.

- ¿Te has sentido bien recibido por la profesión?

- Muy bien, me llevo muy bien con todo el mundo.

- ¿Es un mundo de mucho compañerismo?

- Mucho, no hay más que ver como cada vez que pasa algo todos arrimamos el hombro, hay mucha rivalidad entre figuras pero al mismo tiempo se respira hermandad y compañerismo.

- ¿Qué sientes cuando te llaman maestro?

- Es una sensación muy fuerte, yo no me considero más que un aprendiz.

- ¿Te ha dado algún consejo tu padre?

- Muchos, empecé con él y estuvo siempre pendiente de mi, todos los consejos que me dio fueron muy buenos.

- ¿Torearías de no haber crecido junto a Palomo Linares?

- Yo creo que sí, el mundo del toro me atrae desde muy pequeño, la primera vez que recuerdo haber soñado con torear fue viendo una corrida de toros por televisión, pero está claro que el ambiente hace mucho.

- ¿Recuerdas lo que sentías entonces cuando veías torear a tu padre?

- Se retiró siendo yo muy joven así que la mayoría de recuerdos que tengo son televisivos, era una sensación entre nervios y orgullo, cuando ves torear a alguien que quieres se multiplican las sensaciones.

- Sueles ejercer de hermano mayor en casa...

- Bueno, simplemente soy el más viejo, aconsejo pero luego cada uno hace lo que quiere.