Los síndromes del verano

EUROPA PRESS

Si hay un mes que podría ser sinónimo de vacaciones, ese es agosto. Ciudadanos de todas las nacionalidades posibles huyen de sus ciudades en busca del ansiado descanso y buscando desconectar de la rutina. Lejos de estar a salvo de cualquier contrariedad durante este periodo vacacional, la Organización Mundial de la Salud advierte que la posibilidad de sufrir una trombosis se duplica en esta época.

Es lo que se conoce como el síndrome de la clase turista, y es debido a que cada vez elegimos lugares de vacaciones más lejanos que nos obligan a permanecer sentados por más de cuatro horas en un avión. Si bien hay riesgo para todos, hay determinados sectores de población para los que el peligro es mayor, como son las embarazadas o personas que con anterioridad hayan sufrido problemas circulatorios o de varices.

Pese a ser un problema a tener en cuenta antes de embarcarse en las vacaciones de verano, no debe sin embargo ser un impedimento ya que se puede evitar siguiendo unos sencillos consejos, entre los que se encuentran: llevar ropa y calzado cómodo durante el trayecto, beber agua cada poco tiempo para evitar la deshidratación, realizar pequeños círculos con los tobillos y siempre que sea posible intentar pasear.

Los síntomas de este síndrome de la clase turista suelen aparecer una vez terminado el viaje en forma de hinchazón, hormigueo o dolor, por lo tanto si pese a los consejos usted se encuentra mal, no dude en acudir al médico más cercano para poder disfrutar plenamente de sus vacaciones.