MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
Electrificación e hidrógeno juegan papeles diferentes en la transición energética europea, concluye un nuevo trabajo del Instituto de Postdam para Investigación del Impacto Clímático (PIK).
Investigaciones anteriores han demostrado que nuestro sistema energético puede transformarse a fuentes renovables como la eólica y la solar a bajo costo y bajo impacto ambiental. Sin embargo, la siguiente pregunta es cómo se puede utilizar esta electricidad renovable para sustituir el uso de combustibles fósiles en los sectores de la construcción, la industria y el transporte.
El trabajo del PIK, publicado en 'One Earth', es pionero en analizar con detalle sectorial la interacción de la electrificación y el hidrógeno en escenarios de neutralidad climática de la Unión Europea (UE).
El análisis muestra mayores potenciales de electrificación e identifica un rango de despliegue más limitado para la energía basada en hidrógeno que estudios anteriores.
Utilizando el modelo de economía energética REMIND, los científicos de PIK investigaron combinaciones plausibles de ambas estrategias en las vías de transformación del sistema energético de la UE bajo diferentes supuestos de escenario.
Descubrieron que, en todos los escenarios, la electrificación directa es la estrategia dominante para los automóviles de pasajeros y la calefacción de baja temperatura en edificios e industrias, mientras que el hidrógeno y los combustibles sintéticos producidos a partir de electricidad se necesitan principalmente para la aviación, el transporte marítimo, la industria química y como almacenamiento de electricidad.
Por lo tanto, la electrificación y el hidrógeno son en gran medida complementarios, aunque compiten por una pequeña proporción de sólo alrededor del 15% de la energía final.
Estos segmentos inciertos incluyen sectores como el transporte por camión y el calor de procesos industriales de alta temperatura.
Cabe tener en cuenta que las tecnologías eléctricas están cada vez más disponibles y utilizan la electricidad de manera muy eficiente, mientras que la conversión al hidrógeno y a los combustibles sintéticos y su combustión conlleva importantes pérdidas de energía.
En general, según este trabajo, la demanda de electricidad de la UE aumentará en todos los escenarios entre un 80% y un 160% en 2050, dependiendo de la cantidad de importaciones de hidrógeno y del papel de la electrificación y el hidrógeno en sectores inciertos.
Esto significa que para entonces habrá que producir aproximadamente el doble de energía que hoy.
Los autores también analizan el estado actual de la política de la UE con respecto a la electrificación y el hidrógeno y describen tres pilares fundamentales para una transformación exitosa: la formulación de políticas debe 1) priorizar la electrificación y el hidrógeno, respectivamente, en los sectores donde se prefieren en todos los escenarios, 2) eliminar barreras a la expansión de la energía renovable y 3) incentivar la ampliación de las cadenas de suministro de hidrógeno.
"Nuestro estudio destaca que los formuladores de políticas deben respetar los diferentes roles sectoriales de ambas estrategias: promoviendo la electrificación a través de aplicaciones eléctricas para el transporte por carretera y la calefacción, y al mismo tiempo priorizando el hidrógeno y los combustibles sintéticos para aplicaciones en las que son indispensables", concluyen los investigadores en un comunicado.
