MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Se podría pensar que las plantas crecen según los nutrientes, agua y luz que reciben, pero una nuevo estudio muestra que la propia genética de la planta puede ser el factor limitante real.
"Esto podría tener implicaciones potencialmente grandes para la industria agrícola -afirma Pullen--. Nuestra planta modelo está en la misma familia que las coles, así que es fácil imaginarse creando coles gigantes o hacerlas crecer al tamaño deseado del mercado más rápido que en la actualidad".
Anteriormente se suponía que el crecimiento de las plantas estaba generalmente limitado por los recursos, lo que significa que las plantas sólo crecerían tan grandes y rápido a medida que realizaran la fotosíntesis. Sin embargo, Pullen y su equipo presentan evidencia de que el crecimiento de las plantas está realmente limitado a la regulación genética y las tasas de división celular, que tienen un papel mucho más importante en controlar el crecimiento de las plantas de lo que se pensaba anteriormente.
"Planteamos que el crecimiento de las plantas no está físicamente limitado por la Productividad Primaria Neta (NPP) o el medio ambiente, sino que está limitado genéticamente en respuesta a estas señales para asegurar que no se conviertan en limitantes", subraya.
Al alterar genéticamente los represores del crecimiento en 'Arabidopsis', los investigadores consiguieron crear cepas mutantes. En concreto, identificaron las tasas metabólicas de las diferentes cepas de plantas mediante la medición de las tasas de la fotosíntesis y la respiración, así como comparando el tamaño y el peso de las plantas para controlar las diferencias en el crecimiento físico.
El doctor Pullen y el equipo también cultivaron las cepas de plantas mutantes a diferentes temperaturas para ver si esto cambiaba sus resultados: "Cuando crecen a distintas temperaturas todavía encontramos una diferencia en el tamaño de nuestras plantas entre el tipo salvaje y las mutantes. Esto sugiere que nuestros resultados podrían aplicarse a diferentes climas".
El impacto de estos resultados es amplio y el doctor Pullen sugiere que pueden incluso cambiar la forma en que pensamos acerca de los datos climáticos globales: "Los modelos climáticos necesitan incorporar elementos genéticos porque en la actualidad la mayoría no lo hacen y sus predicciones mejorarían mucho con una mejor comprensión de la demanda de carbono de las plantas".