MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -
En miles de millones de años, los continentes se rompen, alejan, y agrupan de nuevo. Sus núcleos son, sin embargo, geológicamente estables y han sobrevivido hasta 3.800 millones de años.
Estos núcleos, llamados cratones, son las características geológicas conocidas más antiguas de nuestro planeta. Se asumió que los cratones son estables debido a su estructura especialmente sólida debido a temperaturas relativamente bajas en comparación con el manto circundante.
Un equipo de científicos alemanes y estadounidenses ha descubierto que estos cratones que se supone que ser "tan sólido como una roca" no son tan sólidos después de todo. El equipo que conduce por Mikhail Kaban, del Centro de Investigación de Geociencias GFZ alemán, halló que el cratón debajo del continente norteamericano es extremadamente deforme: su raíz se desplaza con relación al centro del cratón 850 kilómetros hacia el oeste-suroeste.
Este hecho está en contraste con los supuestos prevalecientes que estas raíces continentales no han sufrido cambios sustanciales después de su formación hace 2.500 a 3.800 millones de años. El estudio, que aparece en la última publicación en línea de "Nature Geoscience", contradice este punto de vista tradicional.
"Hemos combinado y analizado varios conjuntos de datos de la Tierra --la gravedad, la topografía, la sismología y la estructura de la corteza terrestre-- y construido un modelo en tres dimensiones de la densidad de la composición de la litosfera en Norteamérica", explica el científico del GFZ Mikhail Kaban. "Se hizo evidente que la parte inferior de la raíz cratónica fue desplazada unos 850 kilómetros."
¿Qué causó la deformación del cratón estable y sólido? Un modelo de los flujos en el manto de la Tierra por debajo de América del Norte, desarrollado por los científicos, revela que el material del manto por debajo de 200 kilómetros fluye hacia el oeste a una velocidad de unos 4 milímetros por año. Esto está en concordancia con el movimiento de la placa tectónica.
Debido a la resistencia basal, este flujo se desplaza a la parte inferior de la litosfera cratónica. "Esto indica que el cratón no es tan sólido e insensible al flujo del manto como se suponía anteriormente", señala Kaban. Hay mucha más mecánica, química, e interacción térmica entre el cratón de miles de millones de años de edad y su entorno en el manto superior de la Tierra de lo que se pensaba.