El 95 por ciento de los casos de homosexualidad son adquiridos, según el psiquiatra Enrique Rojas

Actualizado: jueves, 25 noviembre 2004 23:01

Dice que con la adopción por gays se prima a la pareja frente al niño, al que se somete a "un experimento de laboratorio"


MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense Enrique Rojas sostiene que sólo el cinco por ciento de los casos de homosexualidad son congénitos; "el resto son adquiridos", asegura. El psiquiatra, que adelantó en rueda de prensa la ponencia que hará esta tarde con motivo de la entrega del Premio Boehringer Ingelheim, cree que vivimos en una sociedad "neurótica", que "defiende una cosa y luego hace la contraria" en la que las grandes alteraciones son las depresiones, la ansiedad, los trastornos de la personalidad y las crisis conyugales.

Enrique Rojas no es partidario de que la adopción de niños por parte del colectivo homosexual. El psiquiatra, que cifra en un uno o un dos por ciento la tasa de homosexualidad en la población -"que los lobbies gays elevan hasta un ocho por ciento"-, defiende que en su inmensa mayoría es una conducta aprendida y favorecida por el clima social, teniendo en cuenta que la sexualidad es "plástica" y nunca se termina de construir.

Este experto asegura que estudios de países nórdicos apuntan a que la crianza de un niño por una pareja homosexual favorece su posterior homosexualidad. En su opinión, en ausencia de la figura masculina y femenina, es más beneficioso para el niño un hogar monoparental porque de la otra manera el modelo que recibe es que "hay un sólo sexo". Aludiendo al estudio realizado en Málaga que apunta en una dirección contraria, cree que está hecho "con poco rigor". Rojas cree que con esta posibilidad se está primando el derecho de la pareja por encima del del niño, al que se somete "a un experimento de laboratorio".

Durante la rueda de prensa, el psiquiatra hizo una exposición de las que considera las grandes alteraciones de nuestro siglo, y que son las depresiones, la ansiedad, los trastornos de la personalidad y las crisis conyugales, por ese orden. Sobre esta última cuestión, que califica como de "epidemia", este experto cree que subyacen fallos en las estructuras y en valores éticos, que se asientan en "saber tratar al otro con dignidad".

FELICIDAD CONYUGAL

Según explicó, estas crisis, que han puesto sobre la mesa la dificultad de la convivencia, crean en el individuo un estado depresivo, ansioso, con gran sufrimiento y una disminución de la capacidad vital. En su opinión, hay tres claves para superar estos baches en la pareja: ser capaz de hacer borrón y cuenta nueva; no sacar la lista de agravios del pasado y evitar discusiones innecesarias, que sólo tienen por objetivo "un intento de manipulación del otro con verbo fácil".

El psiquiatra cree que la sociedad actual, que tiene muchas ventajas en campos como la tecnología o la investigación, está "enferma de valores". En este marco, la telebasura juega un papel muy pernicioso ya que no sólo crea una sociedad muy poco culta, sino "muy poco inquieta por la cultura". Los personajes famosos sólo ofrecen mensajes "vacíos" en los que los valores son "el dinero, el cambio de pareja y la sexualidad". Aunque considera complicado estereotipar una sociedad, en conjunto critica "la falta de amor" y la "deshumanización" que estamos viviendo.

Así, la inmadurez afectiva se ha convertido en uno de los trastornos de personalidad más frecuentes de nuestro tiempo, más común en hombres que en mujeres y cuyo perfil es el de un varón que con 30 ó 40 años "se comporta como un adolescente y juega con los sentimientos" o que con el tiempo se ha convertido en una persona "fría y con poco gusto por la vida".

Este psiquiatra sostiene que la felicidad no depende de las circunstancias externas sino en la lectura que cada uno sea capaz de hacer de ellas. Así, en un mundo en el que prima la competitividad y el deseo de triunfar, se muestra un gran defensor de los perdedores, porque en muchos casos un fracaso importante ha sido la clave para un futuro éxito. "La vida es muy larga y muchas veces un triunfo muy rápido tiene efectos demoledores", concluyó.