JERUSALEN, 5 Nov. (OTR/PRESS) -
Una excavación arqueológica en Israel ha logrado sacar a la luz un extraño descubrimiento, el esqueleto de una chamán que data de hace 12.000 años, según los datos que manejan los encargados de este proyecto. Se trata de arqueólogos miembros de la Universidad hebrea de Jerusalén que han detallado que se trata de una tumba. Sin embargo lo que más ha llamado la atención de los expertos son los restos hallados junto al esqueleto de la mujer y que podrían ser ofrendas: 50 cparazones de tortuga que se mantienen enteros, la pelvis de un leopardo y un pie humano, entre otras cosas.
Es uno de los entierros más antiguos encontrado hasta ahora y el único de este tipo de líder espiritual en Israel. El Doctor Leore Grosman del Instituto de Arqueología en la Universidad hebrea, quien encabeza la excavación, señaló, en una entrevista a la revista PNAS, recogida por otr/press, que todavía intentan descifrar como eran los entierros de hace tantos miles de años, pero que están seguros de que la cantidad de ofrendas encontradas junto a la chamán sitúa a su persona en un puesto alto de la sociedad en la que vivía.
Así, por el momento estan estudiando por qué hay tantos restos de animales, su significado y su colocación, ya que los restos encontrados estaban todos a la izquierda del esqueleto humano. En concreto, se encontraron cincuenta caparazones de tortugas, la pelvis de un leopardo, el ala de un águila real, la cola de una vaca, dos cráneos de marta y el antebrazo de un verraco salvaje que directamente fue alineado con el húmero izquierdo de la mujer. Además, se encontró un pie humano que pertenece a un individuo adulto.
Del mismo modo intentan descubrir por qué el cuerpo fue enterrado en una posición insólita. Fue encontrado de lado con la columna vertebral, la pelvis y el fémur derecho contra la pared curva, ya que la tumba es ovalada. Las piernas están extendidas y separadas. Además, según el Doctor Grosman, se colocaron diez piedras grandes directamente sobre la cabeza, la pelvis y los brazos de la fallecida en el momento del entierro, por lo que, al llegar la descomposición, el peso de las piedras causó la desarticulación de algunas partes del esqueleto, incluyendo la separación de la pelvis de la columna vertebral. Los expertos sospechan que esta forma de entierro se realizó para proteger el cuerpo de ser comido por animales salvajes o porque la comunidad intentaba mantener a la chamán y su espíritu dentro de la tumba.