Madrid, 23 de enero de 2017
Para alcanzar una experiencia plena en nuestra etapa en la universidad, debemos aprovechar cada una de las oportunidades que esta nos ofrece, conciliando la parte estudiantil con la vida social y familiar. Son unos años llenos de novedades en los que nos preparamos para acceder al mercado laboral; por tanto, sacar rendimiento al tiempo de estudio es clave para ser un estudiante de éxito, tanto si estamos estudiando un grado universitario, como un título de experto o un máster.
Estudiar no consiste en hincar los codos bajo un flexo que ilumine nuestro libro, no es memorizar durante horas textos inverosímiles. Estudiar es observar, examinar, comprender y adquirir nuevos conocimientos, todo ello siguiendo una serie de pautas que sirven para mejorar tu desempeño.
Cumplir con las fechas.
Los horarios nos permiten organizarnos y auto comprometernos con metas a corto plazo, de modo que mantendremos viva la motivación y será más fácil afrontar grandes objetivos de nuestra carrera universitaria si sabemos sintetizarlos en tareas más pequeñas.
Interpreta los textos.
Ya sea leyendo un libro, yendo a una charla o día a día en clase, es importante traducir los conocimientos a nuestro propio lenguaje para poder comprenderlos más adelante lo que nos enseñan en la universidad. Además, si anotamos las ideas que nos transmiten estos contenidos, estaremos aprendiendo dinámicamente los conceptos clave, siendo efectivos en nuestro tiempo de estudio.
Jornadas más cortas, jornadas más eficientes.
La calidad del tiempo de estudio determina en muchos casos el éxito como estudiante universitario. Si somos capaces de fragmentar el estudio, evitaremos largas jornadas cuyas últimas horas dejan de ser verdaderamente útiles. Podremos disfrutar de esta manera de más descansos que nos motiven a seguir estudiando.
Amplia tu círculo académico.
Con un claro objetivo didáctico, los alumnos universitarios que comparten sus opiniones con gente afín, logran adquirir nuevos conocimientos y consolidar los que ya tienen. Muchas veces necesitamos el feedback que nos ofrecen estos grupos para llegar a conclusiones que nosotros mismos no somos capaces de conseguir.
Prueba y error.
Antes de enfrentarnos a un control de conocimientos, es aconsejable practicar antes con modelos de examen o pruebas de la universidad de años anteriores. De esta manera, podremos evaluar de una forma más certera nuestro nivel de conocimiento sobre la materia.
La casa por el tejado.
Aunque parezca contraproducente, si empezamos a estudiar por las materias más difíciles, estaremos elevando nuestro nivel de concentración que se mantendrá alto para tareas más asumibles. Además, estaremos más frescos mentalmente y podremos abordar con menor pesadez las tareas universitarias más complicadas.
Mens sana in corpore sano.
El ejercicio físico es una fuente de motivación para muchos estudiantes en la universidad, que sirve como desconexión y complementa al estilo de vida saludable. Actividades básicas como correr o pequeños paseos en bicicleta, oxigenan la sangre haciendo que el cerebro funcione mejor, sobre todo si lo acompañamos de una dieta sana y equilibrada.
Ten en cuenta que adaptar este tipo de hábitos en tu vida también promulgará una visión dinámica de ti mismo e irán formando tu perfil como profesional, por ello recomendamos incorporarlos a tus técnicas de estudio si todavía no forman parte de él.
Emisor: www.usj.es