La Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) y Cáritas Comunitat Valenciana presentan su Informe sobre exclusión y desarrollo social - CÁRITAS VALENCIA
VALNCIA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
El tzunami generado por la pandemia se ha llevado por delante a un buen número de hogares que antes disfrutaban de una integración plena: si en 2018 más de la mitad de las familias valencianas se encontraban en esta situación, ahora solo el 37,5% de ellas no se ven afectadas por ninguna situación de exclusión. Además, de este 62,5% que sufre algún tipo de exclusión, el 21,3% de la población --1.076.000 personas-- es ya moderada o severa, y de nuevo son las mujeres y los extranjeros los más perjudicados y ahora también los jóvenes.
Esta es la principal constatación que se extrae del Informe FOESSA 2022 sobre Exclusión y Desarrollo Social, elaborado por 30 investigadores de diez universidades a partir de encuestas a 7.000 hogares en España, más de 650 en la Comunitat Valenciana, que ha presentado el sociólogo del equipo de Estudios de Cáritas Española y coordinador de los informes territoriales, Daniel Rodríguez de Blas, junto al director de Cáritas Diocesana de Valencia y presidente de Critas Comunitat Valenciana, Ignacio Grande Ballesteros.
Al respecto, ha señalado que el efecto de esta crisis puede compararse con "el Titanic, que se vio golpeado por un iceberg invisible e inesperado, como este virus, también inesperado, ha golpeado la sociedad que navegaba igualmente con una sensación de
invulnerabilidad". "Todos viajamos en este barco, pero no todos sufrimos las mismas consecuencias y como en el Titanic, los que iban en primera y tenían barcos salvavidas se salvaron y el resto se ahogó".
Lo mismo ocurre en esta crisis, ha apuntado, que se está cebando con los que ya tenían dificultades: uno de cada tres jóvenes entre 19 y 29 años está afectado por procesos de exclusión social; la precariedad laboral se ha duplicado y alcanza a más de 280.000 hogares y en más de 185.000 núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro.
Rodríguez ha aclarado que la exclusión social no crece, pero sí se agudiza y se hace más severa: de 527.000 personas en 2018 a 621.000 en 2021. Además, dentro de la integración precaria hay 600.000 personas que "se encuentran al borde del abismo porque ante el mínimo empeoramiento de su situación puede desembocar en la exclusión". El peligro, como se ha demostrado en anteriores crisis, es que una vez llega la recuperación estas bolsas de pobreza no se disuelven.
Además, el estrés generado por las situaciones de dificultad ha erosionado la resistencia y relaciones en las familias, especialmente entre aquellas que se encuentran en exclusión severa, incrementándose un 129% respecto al informe anterior.
DESIGUALDAD Y NUEVAS BRECHAS
El Informe FOESSA constata, además, que la desigualdad ha crecido en un año tanto como durante toda la crisis del año 2008 ya que la han sufrido más los que menos ingresos tenían, mientras que los más ricos no solo no perdieron renta sino que la ampliaron. El resultado:
la desigualdad en términos de renta ha aumentado más de un 33%, cifra superior al incremento que tuvo durante la crisis de 2008, y la
pobreza severa ha crecido un 35% (730 000 personas) y la privación material severa se ha duplicado en un periodo de tiempo muy corto.
Además, el coronavirus ha traído nuevas brechas: una de ellas es la digital, que afecta a uno de cada tres hogares en la Comunitat Valenciana, duplicando su incidencia (2 de cada 3) para los hogares que están en exclusión severa.
Asimismo, hay dos brechas que siguen activas y que se han hecho más profundas, como son el género y la nacionalidad de origen, y una tercera que adquiere cada vez más fuerza: la edad. De este modo, esta crisis está feminizando aún más el espacio de la exclusión, ya que esa brecha se ha multiplicado desde 2018 por tres hasta afectar al 27,5% de los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer frente al 18% donde esa figura es un hombre.
Además, casi la mitad de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, esto es casi tres veces más que en los hogares encabezados por alguien de nacionalidad española; y uno de cada tres jóvenes entre 19 y 29 años, y este es un perfil novedoso respecto a los informes anteriores, está afectado por procesos complejos de exclusión social, lo que les impide realizar proyectos de vida para hacer la transición a la vida adulta.
TRABAJO PRECARIO
Rodríguez ha alertado de que la covid ha profundizado dos tendencias que ya existían: un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y menos realizados personal y socialmente ya que la precariedad laboral se ha duplicado y alcanza a más de 280.000 hogares (14%) que dependen económicamente de una persona que sufre inestabilidad laboral grave.
Además, las barreras para acceder al trabajo se han hecho mayores para una parte de las personas desempleadas: la situación de que el sustentador se encuentre en paro de larga duración ha alcanzado a 65.000 familias y el desempleo total familiar casi se ha duplicado.
En este sentido, hoy hay más de 185.000 núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro y a pesar del aumento de la protección social no se ha logrado compensar esta situación: De este modo, 76.000 familias carecen de algún tipo de ingreso periódico. Además del empleo, las dimensiones de la salud y la vivienda son los otros factores de exclusión en la Comunitat Valenciana y ambas han crecido desde 2018, afectando a día de hoy al 21% y 19% de la población respectivamente.
Así, más de 260 000 hogares (12,9%) sufre falta de acceso a medicamentos o tratamientos por problemas económicos; sufrir algún trastorno o dificultad mental ha aumentado en un 280% respecto a 2018, alcanzando al 17% de la sociedad valenciana; en el ámbito de la vivienda 225.000 familias una vez pagodo el alquiler o la hipoteca quedan en situación de pobreza; y se ha duplicado el número de hogares, hasta más de 122.000, que sufrieron retrasos o no tuvieron dinero para el pago de alguno pago del alquiler o la hipoteca.
PROPUESTAS DE MEJORA
No obstante, el director de Cáritas Diocesana de Valencia y presidente de Critas Comunitat Valenciana, Ignacio Grande Ballesteros, se ha mostrado esperanzado y ha planteado diez propuestas de mejoras del sistema de protección social. Así, defienden reforzar el acceso a derechos de todas las personas desvinculándolos de los ingresos; mantener de manera estable las medidas provisionales tomadas en el caso de la salud, la vivienda o la protección social; y mejorar la cobertura, la aplicación y la cooridinación del Ingreso Mínimo Vital y la Renta Valenciana de Inclusión.
En cuarto lugar medidas que reduzcan la precariedad y el desempleo de larga duración; complementarse los salarios escasos con otras medidas redistributivas; garantizar el acceso de todas las personas a un sistema de salud público de calidad y un cambio de estrategia la atención a personas en situación de dependencia; y políticas frente a la exclusión residencial, ya que desde 2018 se ha triplicado el porcentaje de hogares que residen en viviendas insalubres. Por último, piden medios para superar todas las brechas digitales; avanzar hacia servicios sociales adaptados a la realidad y reclaman una reflexión sobre qué modelo de sociedad.