VALENCIA 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los restos mortales de dos príncipes de la Corona de Aragón, que vivieron en el siglo XIV, han sido exhumados en la Catedral de Valencia, al igual que los correspondientes al que fue obispo de Valencia de 1248 al 1276, y canciller del rey Jaime I, fray Andrés de Albalat, con el fin de que sus sarcófagos "de un extraordinario valor histórico y cultural", puedan ser mostrados en la próxima exposición sobre la época del rey Jaime I, según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado.
Uno de los sepulcros albergaba los féretros de los príncipes don Jaime, hijo del rey Juan I de Aragón, y don Alfonso, hijo de Pedro III también de Aragón. Los dos herederos de la corona murieron en el siglo XIV, el primero de ellos a los pocos meses de nacer y el segundo, siendo niño. Habían sido enterrados inicialmente en el monasterio de San Vicente de la Roqueta, en Valencia, pero con la desamortización del siglo XIX sus restos fueron trasladados a la Catedral de Valencia en cuya capilla de San Jaime, en la girola de la Seo, permanecían desde entonces, explicó el canónico conservador de la Seo, Jaime Sancho.
El otro sarcófago, del siglo XIII, el más antiguo de la Catedral, contiene los restos del que fue el tercer obispo de Valencia después de la Reconquista, fray Andrés de Albalat, bajo cuyo pontificado se colocó la primera piedra de la Catedral de Valencia. "En el interior del sepulcro se encontraba en perfecto estado un ataúd de madera, de 1,30 metros de longitud, pintado de verde y con el emblema de un ala, escudo de fray Andrés de Albalat, amigo personal del rey don Jaime, del que fue además su canciller", precisó Sancho.
Además, la estructura del sarcófago "es totalmente novedosa para la época" dado que no presenta el "diseño habitual de entonces con la parte superior en forma angular, sino que es un perfecto prisma rectangular", resaltó.
Andrés Albalat murió en Italia en 1276, en el último de los nueve viajes que hizo a Roma como canciller del rey Jaime I, y sus restos mortales fueron traídos a Valencia días después. "Fue una muy relevante personalidad de la Iglesia de su tiempo porque, además de su labor diplomática al lado del rey Jaime I, como obispo de Valencia organizó nueve sínodos diocesanos, construyó la cartuja de Portaceli y numerosas parroquias, amplió el convento de Santo Domingo y creó varias canongías", indicó el canónigo conservador de la Seo.
La exhumación de los restos tuvo lugar ayer, miércoles. Las tumbas se encontraban ubicadas a más de un metro y medio de altura en los contrafuertes que forman las paredes laterales de la capilla de San Jaime de la Catedral.
Los trabajos de apertura de los sarcófagos fueron supervisados por el arquitecto conservador de la catedral don Salvador Vila, el deán de la Catedral, Juan Pérez Navarro, y el canónigo conservador de Patrimonio Artístico, Jaime Sancho, además de los también canónigos, Ramón Fita, Vicente Collado y Salvador Roca, técnicos de la fundación Jaime I, que organizará la exposición en la que se mostrarán los féretros.
Tras ser analizados los restos humanos por el forense, Gabriel Soler, colaborador de la comisión diocesana para las Causas de los Santos, quedaron depositados en la Catedral, donde permanecerán mientras dure la exposición de los sarcófagos en la muestra sobre Jaime I, en la que serán exhibidos después ser restaurados.