VALENCIA 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
La consellera de Cultura Cultura, Trini Miró, afirmó hoy que con la muerte de Pina Bausch, --fallecida ayer a los 68 años, tan sólo cinco días después de haberle sido diagnosticado un cáncer--, "el mundo de la danza ha perdido una bailarina y coreógrafa única".
Miró quiso dedicar unas palabras en memoria de la artista alemana antes de dar inicio al acto de entrega de diplomas a los nominados a los premios de les Arts Escèniques de esta temporada, donde subrayó que "todos los que amamos las artes tenemos la obligación de recordar a Pina Bausch, sin duda se ha ido una de las personas que siempre ocupará un lugar destacado en la historia de la danza contemporánea". La coreógrafa y bailarina alemana, que recibió el Premio Mundial de las Artes Valldigna en 2003, por el que se la consideró sucesora del cineasta portugués Manuel de Oliveira en el palmarés de este prestigioso premio, murió ayer de forma "inesperada y rápidamente" tan sólo "cinco días después de haberle sido diagnosticado un cáncer", informó la compañía Tanztheater Wuppertal, donde trabajó más de 35 años y con la que el pasado domingo actuó en la ópera de esa ciudad alemana.
Considerada una de las principales bailarinas contemporáneas, Bausch nació en Solingen, Renania del Norte, Westfalia, en 1940. Se formó primero en la escuela de Folkwang de Essen (oeste), bajo la dirección del coreógrafo Kurt Jooss y Sigurd Leeder y posteriormente en la Juilliard School of Music de Nueva York de la mano de maestros como Anthony Tudor o Mary Hinkson. Pina Baush fue contratada luego por el New American Ballet y el Metropolitan Opera de Nueva York.
En 1969 se convirtió en la directora artística del nuevo ballet Folkwang, donde firmó su primera coreografía, 'Fragmento', basada en una música del compositor húngaro Bela Bartok. Desde 1973, Pina Bausch dirigía la compañía Tantztheater Wuppertal con la que ha viajado por todo el mundo.
SU RELACIÓN CON ESPAÑA
Bausch estuvo en España en diversas ocasiones, las más recientes en 2006 en el Teatro de la Zarzuela, en el marco del Festival de Otoño, con la coreografía 'Nefés' y el año pasado, también dentro de este certamen, con 'Vollmond' ('Luna llena').
Otras de sus obras más conocidas fueron 'Consagración de la primavera', 'Ifigenia en Táuride', 'Los siete pecados capitales', 'Claveles', 'Ven, danza conmigo' y 'Danzón'.
Con el cineasta manchego Pedro Almodóvar también tuvo una especial relación ya que colaboró en su película 'Hable con ella', en 2001, con fragmentos de sus coreografías 'Café Müller' (estrenada en 1978) y 'Masurca Fogo'. Bausch ya había tenido una experiencia cinematográfica en 1982 de la mano del realizador italiano Federico Fellini en su película 'Y la nave va' y ella misma escribió el guión y dirigió 'La queja de la Emperatriz'.