VALENCIA, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Filmoteca d'Estiu de Valencia ha llegado a la mitad de la temporada con más de 15.000 espectadores, según informaron hoy fuentes del Consell en un comunicado. Asimismo, comentaron que la asistencia no ha bajado de 600 espectadores ni un solo día, lo que indica que los tres ciclos "están teniendo muy buena acogida por parte del público valenciano", destacaron.
La película más vista hasta el momento ha sido 'Rebobine, por favor', con 2.200 espectadores, seguida de 'American Gangster', con 2.014, repartidos en tres sesiones. Ambas proyecciones pertenecen al ciclo 'Cine de hoy en V.O'.
Además, junto al tándem 'Planet Terror-Death Proof' se podrán ver en este ciclo 'Ratatouille' y 'Pozos de ambición'. Ninguna de estas películas se ha exhibido en las salas comerciales en su versión original subtitulada, explicaron las mismas fuentes.
Respecto al cine clásico, destaca 'Amarcord', que la vieron 1.630 personas, y la mítica 'Al final de la escapada', de Jean-Luc Godard, que fue visionada por 1.379 espectadores en dos sesiones cada una, precisaron. De este ciclo, se proyectarán la última película del director alemán Rainer W. Fassbinder, 'Querelle', y el clásico de Antonioni, 'La noche'.
Las dos películas exhibidas hasta ahora del ciclo 'Los genios de la risa. La comedia clásica americana', las vieron una media de 1.300 personas, indicaron, al tiempo que recordaron que aún se podrán ver 'Arsénico por compasión' y 'Con faldas y a lo loco'.
Desde el Consell aseguraron que el promedio de asistencia se sitúa en 650 espectadores por sesión, y subrayaron que "si el tiempo sigue acompañando", la expectativa del Instituto Valenciano de Cinematografía "es batir el récord de asistencia desde el año 2001 cuando se organizó por primera vez" la Filmoteca d'Estiu.
La semana del 25 de agosto las proyecciones comenzarán con 'Querelle' (1982), una adaptación de la novela de Jean Genet, 'Querelle de Brest', cuyo resultado es una película radical e inclasificable. Tras ser rechazada por varios directores, la producción fue encargada a Fassbinder, quien la aceptó sin dudarlo y la llevó a su terreno personal, comentaron las mismas fuentes.
Cuando esta película se estrenó en la Bienal de Venecia, fallecido ya su autor, "provocó un enorme escándalo ante la dureza que desprendía la trama, y solo fue defendida por el director francés Marcel Carné, quien afirmó que algún día sería considerada y respetada como la auténtica obra de arte que es", apuntaron desde el Consell.
