VALENCIA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El fotógrafo brasileño Rodrigo Petrella acerca la vida en el Amazonas al Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) a través de medio centenar de instantáneas en las que retratan a los indígenas moran en sus tierras con una mirada espontánea y alejada de estereotipos que además de mostrar la belleza humana de sus habitantes buscan "suscitar la discusión" y reflexionar sobre la progresiva destrucción del ecosistema y el cruce de culturas.
Cerca de medio centenar de fotografías entre el color y el blanco y negro dan visibilidad a esa "realidad oculta o muchas veces invisible" de los pueblos y culturas que habitan la extensa cuenca del río Amazonas, aproximándose "otra contemporaneidad presente y paralela" a la que conocemos.
Para Petrella, que ha estado fotografiando a los indígenas durante nueve años, era importante presentar imágenes "atractivas" y "potentes" pero a su vez "suscitar la discusión" entre los espectadores.
Así lo ha asegurado este jueves durante la presentación de 'La luz de la selva amazónica', tras haber sido inaugurada en Florencia, llega al MuVIM hasta el 27 de mayo, esponsorizada por la Galería Paralelo de Sao Paulo. En el acto, han intervenido también el director del museo, Joan Gregori, el comisario de la muestra Amador Griñó, el director de Gestión Cultural y Museística de la Diputación de Valencia, Antonio Lis, y la Assessore Provincial di Firenze, Elisa Simoni.
El artista, que ha relatado su enriquecedora convivencia con los indígenas y las difíciles condiciones climatológicas que han obligado a realizar las instantáneas en analógico, posteriormente tratadas digitalmente, ha comentado la dificultad de seleccionar entre las más de 5.000 instantáneas realizadas a lo largo de los nueve años en los que ha pasado temporadas con los nativos del Amazonas.
No se trata de robados, ha explicado el comisario de la muestra, sino que Petrella les ha pedido a los indios poder retratarlos y ellos han posado para él, muchas de las veces, "tal cual ellos se ven, como ellos piensan que deben ser".
De este modo, se observa una "realidad atrapada entre dos mundos" y las comunidades indígenas adquieren una visibilidad inesperada en el drama de su existencia, ha apuntado Joan Gregori por su parte. "No sabemos qué les deparará el futuro a estas sociedades" debido a la "inevitable contaminación cultural o aculturación" provocada con la llegada de las sociedades occidentales, ha argumentado.
Así, ha confiado en que esta muestra sirva para concienciar sobre la importancia de "preservar la riqueza de la diversidad cultural".
En la misma línea, Elisa Simoni ha defendido el valor de esta muestra por su conjunción entre "lo artístico y medioambiental", así como por tratar "temas identitarios y temas medioambientales" y ha abogado por relacionar "la cultura y la política".
También Antonio Lis ha apostado por la "retroalimentación" entre la cultura y la política, cosa que sucede en esta exhibición, en la que "el Amazonas se ve aculturado, que ha sufrido una modernidad universalizante e incapaz de cumplir su programa cultural, cumpliendo solo sus objetivos económicos".
En este sentido, ha defendido la vuelta a un modelo de museo del siglo XXI como espacios de "intervención social, de formar a la ciudadanía, donde elevar una reflexión sobre la modernidad en sí misma, hoy más necesaria que nunca", ha concluido.
