Cultura.- La sala encargada de la subasta de 'Playa de Valencia' cree que el lienzo "se acabará vendiendo estos días"

Actualizado: martes, 20 mayo 2008 14:24

MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El cuadro de Joaquín Sorolla 'Playa de Valencia', que no encontró dueño en su salida a subasta ayer en la Sala Ansorena de Madrid, con un precio de partida de 1.350.000 euros, podría venderse pronto ya que fuentes de la sala se mostraron "seguros" de que el lienzo se "acabará vendiendo estos días en gestión directa".

"Aunque hubo una puja telefónica por ese precio de salida, no llegó al mínimo precio de reserva que dispuso el propietario en 1,5 millones", según indicaron a Europa Press fuentes de la sala, que explicaron que "como ocurre con las piezas un poco más especiales hay una reserva y si esas pujas no la alcanzan, no se venden", ya que el propietario no autoriza a la sala a que venda el lote por un precio inferior al fijado en reserva.

'Playa de Valencia' es un óleo sobre lienzo de 80x62 centímetros pintado en la playa de Valencia, posiblemente en agosto de 1900, posterior a la Exposición Universal de París, celebrada en junio de ese mismo año, en la que Sorolla ganó el Grand Prix.

La fecha de realización de esta pintura fue un momento de gran éxito del pintor, una época de madurez. Poco después obtuvo la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en la que Sorolla quedó consagrado como gran pintor.

El artista regaló este cuadro a la Real Gran Peña de Madrid, asociación que cuenta con una importante colección de arte de principios del siglo XX. Está firmada y fechada en 1900 en el ángulo inferior derecho. Asimismo, la sala subastadora adjunta certificado de autenticidad de Blanca Pons Sorolla, biznieta del pintor.

Las escenas de playa son algunas de las más destacadas de Sorolla por la manera especial de interpretar la vibración de la luz del sol, la variedad de tintas azules y violetas contrapuestas a las rojas y amarillas y el uso del blanco, las arenas doradas y las velas hinchadas, pero especialmente su gusto y refinamiento, la vitalidad de su pintura y su capacidad para elevar escenas sencillas y cotidianas sin ampulosidad y sin tener que crear lugares bellos de forma artificial.