Cultura.- Ventura Pons profundiza en la soledad y la "necesidad del otro" a través del "mal de África" en 'A la deriva'

Actualizado: miércoles, 21 octubre 2009 18:34

VALENCIA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

El cineasta catalán Ventura Pons vuelve a reflejar en la gran pantalla uno de sus temas predilectos "la soledad compartida de las personas en el mundo occidental del siglo XXI" y "la necesidad del otro" en su última película 'A la deriva'. Pero en esta ocasión África será el 'leiv motiv' para adentrarse en el interior de una mujer sumida en crisis ante todas aquellas cosas que daban sentido a su vida, que busca "encontrarse a sí misma" y "su lugar en la sociedad", tras regresar horrorizada de todo lo que ha visto en el vecino continente.

Basado en el a novela 'Área de Servicio' de Lluís-Antón Baulenas, el film --que se preestrenará esta noche en La Mostra de Valencia-Cinema del Mediterrani y que llegará a las salas el próximo 6 de noviembre-- narra la historia de una enfermera que, tras pasar dos años fuera con una ONG, regresa con 'el mal de África', algo "muy común" en la gente se va y vuelve "impactada por los horrores vividos" con "desequilibrios emocionales" y "le cuesta luego encontrarse a sí misma y readaptarse", explicó Ventura Pons en rueda de prensa.

La película está "llena de personajes solos" que no se sabe muy bien a donde van pero "se cruzan y se comunican", un tema al que Pons confesó que le gusta recurrir y que entroncaría con otros de sus largometrajes como 'Caricias' o 'Cómo morir o no', ejemplificó.

Así, la protagonista 'Anna', de 30 años, vuelve "marcada" por su experiencia en África "no tan idílica como la pintan los europeos" y desengañada, rompe con su pareja, se va a vivir sola a una autocaravana y acepta el primer trabajo que encuentra como guardia de seguridad nocturna en un centro de salud y estética de "súper lujo".

Entra así en contacto con seres con los que comparte soledad, desamparo, desarraigo y marginalidad en contraposición con el mundo "súper fashion" del centro, donde inicia una "relación oscura y de dependencia" con Giró, un joven inadaptado ingresado por orden judicial. Desde la "desesperanza" y el "desarraigo enfermizo" de Anna, el cineasta muestra "lo que busca todo el mundo, una relación con el otro, pero encuentra uno que no le conviene mucho", apuntó Pons.

Todos ellos con "gente muy tocada que intenta empezar una vida nueva", con lo que en cierta medida, existe "cierto paralelismo con esta deriva que llevamos todos en la sociedad occidental" y el título de la película, indicó el cineasta, quien sin embargo, aseguró que "no es algo que haya buscado". "El interior del personaje es lo que más me importa en esta película", sentenció.

La película es "muy fiel a la novela, pero más fiel a mí mismo", subrayó Pons. Está "terriblemente trabajada y documentada" incluso con imágenes de archivo y una "obsesión" por encontrar y conocer qué movía a un personaje que el cineasta confesó que en un principio no conocía muy bien. "Está construida a base de secuencias cortas para un ritmo, donde lo más importante es el interior del personaje", insistió.

En este proceso de búsqueda de imágenes de campamentos e imágenes grabadas por ONG, el director catalán se dio cuenta de que en Ruanda, Darfour, ..."todo era lo mismo". "La humanidad ha llegado a niveles tremendos", lamentó.

Con 'A la deriva', María Molins protagoniza pro primera vez un largometraje y "aguanta perfectamente", destacó el director. Además, junto a ella, hay toda una serie de "potentes personajes secundarios que "ofrecen la pincelada correcta, todos están ahí para contar la historia", concluyó.