EMF.-García-Gasco dice que el evento es "una invitación para el amor verdadero" frente al "amor-basura, de usar y tirar"

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: jueves, 27 abril 2006 17:41

VALENCIA 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, afirmó en su carta de esta semana que el V Encuentro Mundial de las Familias (EMF), convocado en Valencia por el Papa el próximo mes de julio, "es una invitación para reencontrar el sentido del verdadero amor frente al amor-basura, de usar y tirar, que nos ofrecen en nuestros días", informaron fuentes del Arzobispado a través de AVAN.

El prelado insiste, además, en que el EMF "es también una cita de jóvenes cristianos dispuestos a buscar la grandeza del amor humano, abierto a Dios y a la vida, que garantiza el futuro de la humanidad".

En su carta, que titula 'No tengáis miedo del amor humano', monseñor García-Gasco manifiesta que "de un modo muy singular, la Iglesia invita a los jóvenes a comprender la grandeza del amor y a poner en él su confianza" porque "sólo así podrán madurar como adultos, ser felices y contribuir al verdadero desarrollo de la humanidad".

El prelado considera que "resulta imprescindible realizar una reflexión que aclare el papel del amor en la vida del ser humano y lo proponga como camino digno de confianza", algo que "ha asumido Benedicto XVI en su primer gran documento, la encíclica 'Deus caritas est', sobre el amor cristiano", que el arzobispo anima a leer y "a llevarlo a la vida".

"Ser cristiano es mucho más que asumir una ética o una ideología", destaca el arzobispo de Valencia, que considera que "llamarnos a la vida, darnos una familia, concedernos inteligencia, libertad y capacidad de amar, hacernos parte de un pueblo, beneficiarnos del bien común de nuestra patria y de la humanidad son ejemplos del amor de Dios que se manifiesta plenamente en Jesucristo" .

El cristianismo "es la religión del amor que está presente de diversos modos", aseguró el prelado. Sin embargo, monseñor García-Gasco recuerda también cómo el Papa en su encíclica señala "como arquetipo por excelencia el amor entre el hombre y la mujer, en el cual intervienen inseparablemente el cuerpo y el alma, y en el que se le abre al ser humano una promesa de felicidad que parece irresistible".

El amor "se manifiesta en la autenticidad y en la permanencia", añade el arzobispo de Valencia, que advierte que "no cabe comerciar con el mismo, ni se ajusta a la conveniencia o comodidad egoísta del momento".

Concluye su carta el arzobispo de Valencia asegurando que "en nuestros días necesitamos criterios sólidos para orientarnos hacia un amor consistente, que no defraude ni se agote con el paso del tiempo".

Así, "frente a quienes presentan el amor con criterios utilitaristas o mercantilistas, como un artículo de consumo más, Benedicto XVI nos ofrece un camino siempre antiguo y siempre nuevo: el camino de Cristo que, conociendo al ser humano, varón y mujer, tal y como es, le propone un amor que no defrauda, porque se apoya en la iniciativa amorosa del propio Dios".

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