El exjefe de Contratación de Terra Mítica reconoce que se admitían facturas no respaldadas por proyectos

Acusados en el juicio de Terra Mítica
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 16 abril 2015 14:35

Un hijo de Conesa: "A los 18 años mi padre me hizo darle poderes y no le dí más importancia"

VALENCIA, 15 (EUROPA PRESS)

El exjefe del departamento de Contratación y Servicios Generales del parque temático de Benidorm (Alicante) Terra Mítica Justo Valverde ha reconocido que se admitían y validaban facturas de empresas que no venían respaldadas por ningún proyecto o contrato, y ha justificado esta decisión en los "muchísimos problemas" que surgieron durante la construcción del parque. Ha indicado que las mismas venían ya aprobadas por otras personas, y que luego él las validaba "por sentido común".

Valverde, excuñado del expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana, se ha pronunciado así en su declaración como acusado en la sexta sesión del juicio del caso Terra Mítica, en el que se ha investigado un fraude de 4,4 millones de euros en la construcción del proyecto de Benidorm.

Este acusado, que se enfrenta a 10 años de cárcel y que comenzó a trabajar en Terra Mítica desde el principio, en 1998, tras enviar su currículum a la empresa al ver un anuncio en prensa, ha explicado al tribunal que "la inmensa mayoría de la contratación" se efectuaba a través de proyectos que se aprobaban en la comisión ejecutiva --ha apuntado que llegó a realizar unas 200 propuestas de este tipo de contratación--, pero luego también había otra parte de contratación que consistía en la aprobación de facturas por trabajos que no estaban recogidos en ningún contrato ni respaldados en proyectos.

Sobre este último aspecto, Valverde, quien también fue coronel del Ejército del Aire y es licenciado en Derecho y diplomado en Empresariales, ha indicado: "Había facturas que no tenían un proyecto previo, un contrato, y que veía y como llevaba el sello de quién la validaba, las daba por buenas". Así, inquirido por si pasaban facturas que no tenían respaldo de un contrato, ha respondido: "Claro, naturalmente".

En esta línea, ha indicado que la obra "necesariamente" tiene "muchas cosas que hay que reparar y atender urgentemente", con lo que se hacían trabajos y se presentaban este tipo de facturas que él validaba "por sentido común" y no porque se lo indicara alguien, según ha recalcado.

"Era una obra inmensa, y aunque la mayoría se contrató con expediente de contratación, inevitablemente surgen cosas.... Era un proyecto que se iba complementando y surgían muchos problemas, muchísimos", ha especificado. Ha concretado que estas facturas sumaron unos 190 millones de pesetas, es decir, "una ínfima parte" respecto a los 50.000 millones de pesetas que costó la construcción del parque.

CONTRATO VERBAL

El acusado ha señalado que cuando llegaban este tipo de facturas "era porque se hacía un contrato verbal", en lugar de uno por escrito aprobado por la comisión técnica o el consejo de administración. "La factura, si está conforme, habrá que atenderla. Porque obedecía a una necesidad de la obra", ha manifestado. Interpelado por quién valora estas facturas, ha señalado que los técnicos, o Bovis -empresa que le asesoraba-- o la gerencia de obra.

Cuando estas facturas estaban comprobadas por estas personas, "no se admitían las más mínimas dudas de que se habían hecho y de que, por tanto, había que aceptarlas". Preguntado por si se opuso alguna vez a validar estas facturas por considerarlas incorrectas o no amparadas, ha respondido que "no" que él recuerde. Interpelado por si mediante este mecanismo, podía darse una doble o triple facturación por los mismos trabajos, ha señalado que cree que no existía una doble facturación. "No lo recuerdo, pero creo que no", ha subrayado.

El acusado ha aseverado que él no se encargaba de comprobar que los trabajos que se pagaban estuvieran hechos: "Yo eso no lo hacía porque no hubiera servido de nada. No tengo conocimientos técnicos para saber si una parte de la obra está hecha o no". Así, ha indicado que de esta labor se ocupaba Bovis o el departamento técnico de Terra Mítica.

"Yo lo que hacía es que si veía el sello en las facturas que me pasaban, daba por hecho que el trabajo estaba hecho y también introducía mi asiento contable". Preguntado por quién encargaba estas obras a las empresas, ha señalado que la dirección facultativa, y luego se autorizaba por los técnicos del parque.

A Valverde se le ha preguntado así mismo por si no recibió órdenes para contratar con determinadas empresas, a lo que ha contestado que "no", y que él se limitó a hacer una especie de informe para que la comisión de la Sociedad Proyectos Temáticos tuviera conocimiento de cómo se iba a llevar a cabo la contratación. "¿Y lo aprobaron?", le ha inquirido la fiscal, a lo que ha respondido: "Lo respeté yo, que era el que debía hacerlo".

La fiscal se ha interesado así mismo por si alguien le pidió explicaciones por la desviación de dinero o el aumento del coste del proyecto, y el acusado ha señalado que no, y que tampoco le consta que hubiera una preocupación por este desvío.

CONESA E IZQUIERDO

Otra parte del interrogatorio se ha centrado en el empresario Vicente Conesa, considerado el presunto responsable de las facturas falsas en la trama, y en los trabajos del director económico-financiero Miguel Izquierdo. Sobre el primer aspecto, el acusado ha afirmado que lo conoció cuando entró a trabajar en Terra Mítica, y que cree que éste empezó a actuar en el parque cuando lo hizo también Global-Idom, "con la que por lo visto tenía algunos contratos o relación", ha dicho.

Respecto a Izquierdo, ha contado que pasó a ocupar su puesto en 2001 porque éste "causó baja". "No sé por qué causó la baja. No tengo ni idea", ha dicho. Preguntado por si había malestar entre Izquierdo y el resto de directivos porque había facturas no atendían a la realidad, ha aseverado que no le consta, "ni siquiera el malestar".

Por último, la fiscal le ha preguntado si sabía que había mano de obra irregular en el parque, y el acusado ha dicho que lo desconoce, y que no sabe si esto podía deberse a que había una "necesidad importante" de trabajadores.

HIJOS DE CONESA

Tras Valverde, han declarado los hijos del empresario Vicente Conesa, considerado el principal responsable de las facturas falsas de Terra Mítica. Su hijo Vicente, también imputado en el procedimiento -le piden 21 años y medio de cárcel, igual que a su hermano-- por figurar como administrador de una empresa de su padre, C-3, que facturó al parque, ha negado cualquier responsabilidad en la trama y ha asegurado que éste es un tema "totalmente ajeno" para él.

El imputado, que ha negado haber abierto cualquier cuenta en Andorra o saber el origen del dinero depositado en ellas, ha explicado que cuando cumplió 18 años, su padre le hizo darle poderes y él no le dio más importancia. Seguidamente se ha enterado de que lo puso, junto a su madre y su hermano, como administrador de C-3 a los 23 años, cuando todavía estaba haciendo la carrera.

También ha negado que la firma que aparece en diferentes contratos fuera la suya: "El 100% de firmas del año 2000 y 2001 no son mías", y tampoco las firmas de su madre son reales, ha dicho.

Por su parte, Luis Alberto Conesa ha aseverado que también dio un poder general a su padre en 1996, y que se enteró de que era administrador de C-3 cuando le llamó el juzgado a declarar: "Ahí fui consciente de que formaba parte del consejo de administración. Pero yo nunca he formulado una cuenta anual, no he participado en la junta de accionistas ni he firmado nada", ha aseverado. Así mismo, ha aseverado que ha sido "utilizado" para una cuenta en Andorra.

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