VALENCIA 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
El coordinador de Pediatría del Hospital Universitario La Paz (Madrid), el doctor José García-Sicilia, destacó hoy l aumento de casos de malnutricción infantil, que se derivan de la adicción de los padres a las 'dietas de moda'. Según García-Scilia, dietas como las ortoréxicas, vegetarianas o cardiosaludables "son deficitarias para el organismo en crecimiento de un niño".
En estos términos se manifestó el experto, durante una charla sobre desequilibrio nutricional infantil. La conferencia se incluye en el marco de las XIV Jornadas sobre Avances de Pediatría, organizadas por el Instituto Valenciano de Pediatría (IVP), según informaron fuentes de la organización en un comunicado.
En relación con la inadecuada alimentación, García-Scilia habló de "subnutrición" y explicó que se trata del "desencadenante más frecuente del crecimiento deficitario". Según los datos que ofreció, "de un 20 a un 35 por ciento de estos problemas tienen su origen en causas orgánicas (enfermedades digestivas, cardiopatías, infecciones de repetición)". Sin embargo, también destacó "un aumento de casos que esconden la incapacidad de los padres para una alimentación correcta, con aportes calóricos y nutrientes adecuados".
Entre estos problemas, subrayó "la adhesión de los padres a dietas inapropiadas en las que involucran al menor". Si bien no existe un porcentaje estadístico de estos casos, el pediatra los relacionó "con familias de un nivel sociocultural alto".
Otro factor que apuntó fue "el fracaso en la lactancia materna y los errores en la lactancia artificial". En este último caso, señaló como solución "las revisiones rutinarias, en las que se da una la señal de alarma al pediatra", pero también "las sospechas de la madre, al notar a su hijo irritable o decaído".
La malnutrición infantil engloba el 10 por ciento de las consultas en atención primaria, entre las que un 80 por ciento se refieren a menores de 18 meses. Se trata de un trastorno que sobre todo afecta a menores de 3 años, cuyo peso está por debajo de la media para su edad, sexo y origen étnico. Sin embargo, el doctor García-Sicilia apuntó que el hiponutrido "no sólo es un niño delgado, sino que además presenta síntomas de tristeza, escasa actividad y palidez".
IMPORTANCIA DEL AMBIENTE FAMILIAR
Según los datos de José García-Sicilia, la causa mayoritaria de subnutrición y mal crecimiento en el 50% de los casos es "la mala interacción del niño sin apetito con su entorno". "Esta situación provoca la ansiedad de todo el círculo familiar, que a su vez reacciona anormalmente ante la inapetencia". explicó.
Para el pediatra, los datos psicosociales son "una parte esencial de la exploración del niño malnutrido", una vez descartadas posibles causas orgánicas. "Desde el nivel sociocultural hasta la relación madre-hijo o las características de la personalidad de ambos padres, son elementos que pueden influir en el menor", aseguró.
Atendiendo a los datos de García-Sicilia, sólo en un 15 o 30 por ciento de las consultas se diagnostica malnutrición, que además "suele ser leve y transitoria con escasa repercusión". No obstante, el experto remarcó "la importancia de la detección precoz", ya que "puede evitar situaciones más graves que repercutan en la calcificación de los huesos, en la anemia o incluso en futuras deficiencias intelectuales", explicó.
El pediatra aseguró que, cuando el problema es externo al niño, "la solución está en manos del pediatra, que debe manejar bien los aportes nutricionales y la actuación sobre su entorno". "En cambio, cuando se trata de un menor constitucionalmente inapetentes, el proceso puede prolongarse y requerir el trabajo de psicólogos, nutricionistas y trabajadores sociales", añadió.
QUÉ HACER CUANDO EL NIÑO NO QUIERE COMER
En cuanto a la inapetencia, el doctor García-Sicilia aconsejó a los padres "no forzar a los niños a la hora de comer y evitar los chantajes y las distracciones, como la televisión". "Hay que permitir que el niño coma por sí mismo, toque los alimentos y se autoalimente a su aire", remarcó. En este sentido, también rechazó "el picoteo entre comidas o una ingesta excesiva de líquido previa".
Por su parte, el director del Instituto Valenciano de Pediatría, Ignacio Manrique, alertó sobre los casos en los que el niñó rechaza todo tipo de alimentos, sólidos o líquidos, y el peso disminuye progresivamente a lo largo de una o dos semanas. En esta situación, y siempre que no exista sospecha de causa orgánica, recomendó "no forzar la ingesta e incluso no darle de comer para conseguir que el reflejo del apetito sea tan fuerte que él mismo pida la comida".
Finalmente, los expertos recordaron que entre los 2 y los 5 años se produce "una disminución fisiológica natural del apetito", ya que se trata de "una etapa de crecimiento más lento, lo que condiciona que las necesidades nutricionales sean menores", concluyeron.