VALENCIA 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universitat de València lideran una investigación biológica en la Antártida, en el marco del Año Polar Internacional, que estudia los efecto del cambio climático en las comunidades biológicas de los ríos y lagos de este continente. Un equipo científico, dirigido por el ecólogo Antonio Camacho, acaba de pasar dos meses en un campamento antártico, según informó la institución académica en un comunicado.
Los estudios se han llevado a cabo en los lagos de la península Byers --isla Livingston, islas Shetland del Sur, Antártida--, donde ya se realizaron anteriores campañas. Se trata de una de las zonas "más ricas" en ecosistemas acuáticos no marinos del Antártida, calificada como Zona Antártica Especialmente Protegida. Por este nmotivo, no se permite la construcción de bases permanentes sino que sólo pueden instalarse campamentos con tiendas de campaña y pequeños iglús.
Asimismo, tampoco está permitida la utilización de vehículos a motor, por lo que todo el transporte de material debe ser realizado por los mismos investigadores. Además de Antonio Camacho, han viajado al continente helado José Antonio Gil-Delgado --igualmente profesor de la Unidad de Ecología del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València--; Carlos Rochera, becario predoctoral de este mismo organismo, y Álvaro Chicote, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha.
A pesar de encontrarse en verano, las temperaturas "raramente subían de los cero grados y, a causa de los fuertes vientos, la sensación térmica era de unos veinte grados bajo cero". Antonio Camacho explicó que en ambientes "tan extremos como el antártico se confirma la poca relevancia de la interacción biológica".
"En estos ambientes todos los factores son físicos y químicos", indicó, y explicó que, aun así, el "progresivo calentamiento está mejorando las condiciones y la vida se abre paso con más facilidad". en este sentido, señaló que esta situación "puede provocar colonizaciones de especies que hasta ahora no estaban presentes al Antártida --con el consiguiente peligro para los organismos autóctonos-- y también un alargamiento de la estación más cálida y, con él, una mayor biomasa".
CONCLUSIONES "NO DEFINITIVAS"
Según la Universitat, las conclusiones de estas investigaciones, en cualquier caso, "no son definitivas". El grupo liderado por la institución afirma que las comunidades biológicas de los lagos antárticos "son principalmente microbianas y, contrariamente a lo que se esperaba para los ambientes limnéticos antárticos, los resultados de los experimentos preliminares muestran el posible papel preponderante de las interacciones bióticas en la estructuración y la funcionalidad de las comunidades lacustres, al menos durante determinados periodos".
"Teóricamente, el acelerado cambio ambiental que se está produciendo en la Antártida marítima, que previsiblemente podría incrementar la duración de la estación productiva en los ecosistemas acuáticos no marinos, sería susceptible de aumentar la importancia relativa de estas interacciones como factor estructurador en las comunidades lacustres, puesto que incrementaría las aportaciones al sistema y la recirculación de los nutrientes", se explica en un texto de estos investigadores.
En este proyecto se propone evaluar "con detalle" la importancia relativa de las interacciones bióticas (depredación, competencia por recursos y comensalismo) en la estructuración de las comunidades biológicas de lagos de la Antártida marítima y las islas subantárticas, así como la importancia de las vías alternativas de tránsito de energía a través de la comunidad, y la influencia que el acusado calentamiento que sufre la zona podría tener sobre estas comunidades".
Dado que el trabajo de tipo observacional se ve "muy limitado" en la Antártida por cuestiones logísticas, se realizó una aproximación de tipo experimental mediante la manipulación de determinados factores bióticos y abióticos en sistemas aislados con experimentos 'in situ'.
Estos experimentos se ven complementados por otros sin manipulación, para estudiar aspectos como la posible influencia de los movimientos de los organismos (migración vertical y horizontal) sobre su impacto depredador, así como para el estudio "minucioso de las transferencias de materia y energía a través del bucle microbiano".
El proyecto se enmarca en el contexto del Año Polar Internacional, que acaba de empezar, en el cual participa asociado a varios proyectos internacionales que tratan de aumentar el conocimiento sobre las zonas polares mediante la colaboración de científicos de muchos países.