VALENCIA 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
La iglesia romana de San Marcello al Corso, que ha sido asignada por el papa Benedicto XVI al cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, está hermanada con la Real Iglesia del Salvador de Valencia, a través de sus cofradías, desde 1618 con aprobación del papa Clemente VIII, según señaló hoy el rector del templo Luciano Maria Masetti.
Según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado, el sacerdote, que ha expresado su deseo de poder tener pronto en la iglesia una imagen de la patrona de Valencia, la Virgen de los Desamparados, ha mostrado su "gran alegría" por la asignación del templo al cardenal García-Gasco. Además, Masetti ha invitado a los valencianos que visiten Roma a acudir a la iglesia de San Marcello "porque ya es su casa".
El templo romano está regido por frailes de la orden religiosa de los Siervos de María (servitas), cuya Casa Generalicia está situada en el mismo edificio. Los servitas cuentan en Valencia con una comunidad en la propia capital valenciana y otra en Dénia.
Además, otra parroquia romana dedicada a San Vicente Mártir, patrón de la diócesis de Valencia, ha mostrado su deseo de acompañar con cantos y banda de música al cardenal García-Gasco cuando, en las próximas semanas, acuda a Roma para visitar la iglesia que le ha sido asignada, según indicaron fuentes del arzobispado.
El rector de San Marcello al Corso, a la que los Papas asignan cardenales titulares desde el año 494, manifestó que conoció la asignación de la iglesia al nuevo purpurado el pasado jueves a través de una comunicación de la Santa Sede.
La imagen más conocida de la iglesia es el llamado 'Cristo Milagroso' de finales del siglo XIII, por la que existe una "enorme devoción en Roma", según el rector, que precisó que la talla se traslada a la Basílica de San Pedro todos los años jubilares desde el miércoles de ceniza hasta la Semana Santa. Además, "en momentos de grandes catástrofes como epidemias de peste o hambrunas, la imagen era llevada en procesión por los barrios más afectados", afirmó Masetti.
Los orígenes de la iglesia de San Marcello al Corso se remontan a unas caballerizas del siglo IV, cuando el pontífice Marcello I (308-309) fue condenado por el entonces emperador Majencio a cuidar caballos. Más tarde, a su muerte, el establo fue convertido en iglesia y en su interior se colocaron los restos del papa Marcello, que murió martirizado.
La edificación actual data del siglo XII, pero un incendio en 1519 hizo necesaria la reconstrucción del templo bajo la dirección primero de Jacopo Sansovino y más tarde de Antonio Sangallo. La fachada barroca, fue concluida por Carlo Fontana en torno en 1683. Su interior de una sola nave sostenida con columnas corintias cuenta con diez capillas.