VALENCIA 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los valencianos gastarán en cotillones para despedir el 2009 y dar la bienvenida al año 2010 entre 60 y 125 euros, según un estudio realizado por la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Tyrius en el que se comparan los precios de las principales salas de fiestas, hoteles y discotecas de Valencia.
Según este informe, en las salas de fiestas las entradas con consumición limitada, entre cinco y seis copas, cuestan una media de 46 euros, costando en los sitios más baratos 40 euros y 50 euros. Los precios de las barras libres en este tipo de locales oscilan entre los 45 y 70 euros, siendo el precio medio 58,75 euros.
En este precio están incluidos los servicios como la barra libre o consumición, las uvas, la copa de champagne, y el resopón. Algunos casos también incluyen un servicio de autobús. Otra de las propuestas es la cena con cotillón. Los precios van desde los 65 euros hasta los 120 euros, es decir, cuestan una media de 88 euros.
Las diferencias de precios están en el tipo de menú que ofrecen, los más baratos suelen ser tipo cocktail, y los más caros los de cena de gala.
Otra opción para pasar la Nochevieja son las discotecas cuyos precios oscilan los 30 euros y los 45. No en todas está incluido el precio de la barra libre en la entrada, en muchas el número de consumiciones está limitado y va desde dos consumiciones hasta ocho. Así mismo, muchas discotecas regalan una entrada para Reyes.
Al tratarse de una noche en la que se consume mucho alcohol, algunos hosteleros ofertan paquetes en los que además del cotillón y la barra libre, se incluye el alojamiento. Los precios de este tipo de paquetes oscilan entre los 85 euros hasta los 125 euros.
Además, desde Tyrius recordaron una serie de recomendaciones, como asegurarse que la fiesta cuenta con los permisos oportunos; guardarse la entrada y la publicidad, que tiene valor contractual; recordar que no se puede cobrar un sobreprecio por los servicios que se anunciaban incluidos en los tickets, tener en cuenta la seguridad del local y saber que los establecimientos están obligados a disponer de hojas de reclamaciones, entre otras.