Crítica de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro

Jamie Foxx y Andrew Garfield en The Amazing Spider-Man
Foto: SONY
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Actualizado: jueves, 17 abril 2014 11:13

MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS - Israel Arias) -

   "¡Éste sí es mi Peter Parker!" podrán exclamar aliviados muchos fans del personaje de Stan Lee tras disfrutar de las más de dos horas de acción, humor y emociones que encontramos en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, la más atinada adaptación del trepamuros de Marvel.

   La segunda (y penúltima, según dice) aventura de Marc Webb a los mandos de la remozada franquicia nos presenta un Peter Parker encantado de conocerse. De nuevo encarnado por Andrew Garfield, el último Spider-Man atrapa a la perfección la faceta más graciosa y ocurrente del personaje cuando se enfunda su al fin perfecto traje de hombre araña.

   Su humor, un aspecto bastante descuidado en anteriores entregas, su apariencia e incluso sus movimientos cuando entra en acción son más fieles al espíritu del cómic. Más leales a lo que debe parecerse Spider-Man si se hace carne: un tipo simpático y cercano capaz de disfrazarse de bombero para tumbar a un supervillano.

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   Pero no solo de risas, piruetas y abrazos a niños vive el héroe. Tras esa máscara de briboncete, de chuleta con mallas, se esconde un joven atormentado por la desaparición de sus padres, la muerte de su tío y con un miedo atroz a que su cruzada contra el crimen dañe a quienes más quiere.

EL HÉROE, SIEMPRE ATORMENTADO

   El eterno conflicto del héroe, presente con mayúsculas en la naturaleza del personaje de Peter Parker. Un aspecto que, aunque ya manido, resulta de nuevo irrenunciable. Y si hay que pasar por ese trance, Webb -un director que se siente más cómodo filmando relaciones humanas que luchas llenas de chispas y explosiones- decide hacerlo con pies de plomo.

   Así, The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro es sin duda la película con más carga emocional de la saga. La que más y mejor escarba los traumas del héroe profundizando en facetas que tan solo atisbamos en el primer y mejorable filme y que, recordemos, quedaron muy diluidas y deslavazadas en la trilogía de Sam Raimi.

   Pero además de luchar contra sus demonios interiores, Peter deberá hacer frente una multitud de villanos. Literalmente. Y es que son tres los malos malísimos con las que se las ve Spider-Man en esta secuela. Ellos son, en riguroso orden de aparición: Aleksei Sytsevich (a.k.a. Rinho), interpretado por un muy ruidoso Paul Giamatti; Max Dillon (a.k.a Electro), al que da vida Jamie Foxx; y Harry Osborn (a.k.a el Duende Verde) en cuya piel se mete Dane DeHaan.

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   Los tres cumplen, sin pisarse unos a otros, perfectamente su función de cara al espectáculo -con poderosas secuencias de acción bien concebidas, bien ejecutadas y mejor montadas- y a la propia trama. Sobre ella, la historia, planea siempre la sombra de OsCorp, el gran entramado en el que irán encajando los enemigos de Spider-Man y también sus fantasmas del pasado.

   Y es que, además del buen puñado de diversión de consumo instantáneo que proporciona The Amazing Spider-Man 2, este gran blockbuster palomitero sirve también para sentar los sólidos cimientos que pueden permitir que el castillo de naipes que Sony va a armar sobre la remozada saga -y con el que busca taquillazo tras taquillazo al estilo Vengadores de Marvel- no se desarme a las primeras de cambio.

LA GRAN EMMA STONE

   Funciona la acción, funciona el humor, funcionan los villanos... Pero en el debe de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro podemos incluir su metraje, a todas luces excesivo, algunos lunares en el trabajo de Garfield -más solvente, en todo caso, que en la primera entrega- y que Webb nos meta con calzador algunos momentos sensibleros que hacen que el guión adolezca de ciertos altibajos.

   La falta de ritmo en algunos de estos románticos pasajes se ve compensada gracias al gran trabajo de Emma Stone y su tremenda química con Garfield. Su Gwen Stacy despierta tanta ternura y complicidad que consigue que la Mary Jane de la descartada Shailene Woodley ni se nos pase por la cabeza.

   ¿Veremos a la pelirroja en la tercera entrega programada ya para junio de 2016? Tiempo tendremos para especular sobre ella y los dos spin-off (Venom y los Seis Siniestros) anunciados. Ahora toca disfrutar de la que es la más completa y ambiciosa de todas las adaptaciones cinematográficas del arácnido superhéore. El mejor Peter Parker. Esperemos que no el definitivo.