Crítica de Transformers: La era de la extinción, turno de Mark Wahlberg

Transformers: La era de la extinción
Foto: PARAMOUNT
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Actualizado: viernes, 8 agosto 2014 18:35

    MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS)

   Al fin aterriza en los cines españoles Transformers: La era de la extinción, la última entrega de la ruidosa e hipetarquillera saga de Michael Bay que en esta ocasión protagoniza Mark Wahlberg.

   La cuarta cinta de la franquicia de Optimus Prime y sus autobots llega a nuestro país con el trabajo hecho en taquilla. Más de mil millones de dólares recaudados en los cines de medio mundo ya la convierten -a falta tan solo de unas decenas más de millones que a buen seguro conseguirá en las próximas semanas- en la entrega más exitosa de la saga.

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   Bay repite, sin ningún tipo de complejos, y amplifica la fórmula de las tres entregas anteriores: un guión deslavazado con diálogos muy mejorables y una trama irregular que, cuando es menester, no duda en sacrificar su coherencia para ponerse al servicio del imponente espectáculo visual.

   Músculo y fuegos de artificio de la cibernética mano de Autobots, Decepticons y Dinobots -uno de los grandes reclamos de la cinta- que en esta ocasión encuentran una buena réplica humana en Mark Wahlberg. El "sustituto" -por decir algo- del anodino Shia LaBeouf es con mucho el elemento que mejora esta cuarta entrega en comparación con las tres anteriores.

LA RUIDOSA HONESTIDAD DE BAY

   Mención especial merece también Stanley Tucci y su progresiva y desternillante 'ida de pelota' que nos regala los momentos más hilarantes de una cinta que ofrece exactamente lo que promete: robots gigantes repartiendo mamporros a diestro y siniestro entre fuego, explosiones y edificios que se derrumban mientras suena la genial música de Imagine Dragons.

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   Así que ponte cómodo en tu butaca, coge un buen cuenco de palomitas y disfruta del aire acondicionado y del ruido y la furia de Optimus, Galvatron, Grimlock y compañía porque, amigo mío, si has comprado una entrada para los Transformers de Michael Bay... sabías a lo que venías.