El último adiós al "bufón"

EP
Actualizado: lunes, 2 marzo 2009 17:07

BARCELONA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

Alrededor de dos centenares de personas, entre familiares y amigos, abarrotar el tanatorio de Sáncho de Ávila de Barcelona para dar el último adiós al humorista Pepe Rubianes, fallecido el domingo en su domicilio de Barcelona a los 61 años de edad. Un cáncer de pulmón acabó con la vida del cómico y actor cuyas cenizas descansarán en Cuba y África, dos de sus paraísos particulares.

Entre los asistentes estaban multitud de humoristas, como Andreu Buenafuente, los tres miembros del Tricicle, Manel Fuentes, Rafael Álvarez 'El Brujo', y varios actores que compartieron pantalla con Rubianes, como Loles León y Lázaro Escarceller, el abuelo de 'Makinavaja' que, a sus 94 años, asistió a la ceremonia en silla de ruedas.

El cineasta y humorista José Corbacho, el presentador Àngel Casas y la actriz Maife Gil también acudieron al acto para dar su último adiós a Rubianes, en un acto duró poco más de 15 minutos.

Del ámbito político se pudo ver en la ceremonia al presidente de la Generalitat, José Montilla, el ex presidente Pasqual Maragall, la consellera de Justicia, Montserrat Tura, y el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, entre otros. El Conseller de Cultura y Medios de Comunicación, Joan Manuel Tresserras, no pudo asistir al estar ingresado en un hospital de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) por un cólico nefrítico.

"SE HA IDO LA RISA"

Su fama de irreverente y caradura y su humor afilado y provocador fueron la marca de la casa durante toda su carrera. Una fama que le granjeó no pocos enemigos y le metió en varios entuertos, pero que también le sacó de algunos. En la memoria de todos está el escándalo que protagonizó hace un par de años cuando fue absuelto de la acusación de ultrajes a España, tras espetar en un programa de televisión catalana un contundente "que se metan a España por el culo".

Su "notoria fama de bufón" fue clave para que el juez le declarara inocente de los delitos que se le imputaban. Un "bufón" que lo fue, según cuentan, hasta el último momento y cuyo último deseo fue ser incinerado y que sus restos reposaran eternamente en Cuba y África. Dos de los lugares que marcaron su vida y a los que Rubianes profesaba un gran amor cercano a la veneración, según indicó una de la que fue sus compañeras Loles León. "Se nos ha ido la risa", lamentó visiblemente afectada.