Javier Azpeitia reflexiona sobre el descontento con el propio cuerpo en su última novela, 'Nadie me mata'

MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -

El descontento con el propio cuerpo y la posibilidad de convertirnos cada día en otra persona es el eje central de la última novela de Javier Azpeitia, titulada 'Nadie me mata' (Tusquets). Un thirller con tintes filosóficos, ambientado en el popular barrio madrileño de la Latina, y protagonizada por un hombre que vaga de cuerpo en cuerpo, intentando averiguar su propia identidad.

Según explicó hoy Javier Azpeitia (Madrid, 1963), el personaje principal, no se acepta ni a sí mismo ni a su pasado, y con la excusa del terrorismo y la gripe aviar, huye de cuerpo en cuerpo para no enfrentarse a la verdad. "Es una novela policíaca pero coloca al lector y a los personajes en una situación moral semejante a la nuestra porque cada día tenemos que decidir, en el siglo XXI, quién es el culpable de cada cosa", explicó este editor y autor, que ha publicado hasta el momento cuatro novelas, 'Mesalina', 'Quevedo', 'Hipnos' (Premio Hammett Internacional de Novela Negra), y 'Ariadna en Naxos'.

PREGUNTA METAFÍSICAS

Asimismo, tras las páginas de esta obra se esconden varias preguntas metafísicas en torno a nuestra identidad y a la del ser que tenemos al lado."Si nos pusiéramos en la piel del otro, algo que casi nadie hace, todo sería más fácil", apuntó el autor.

Así, el protagonista, que cada vez que se queda dormido su alma cambia de cuerpo, llega a sufrir en su propio pellejo los avatares de un perista tramposo, los problemas de una actriz bellísima, la incomprensión de una niña solitaria o la adicción de una yonqui reengachada.

En este sentido, Azpeitia reconoció que 'Nadie me mata' es su novela más personal porque está ambientada en su antiguo barrio (La Latina) y refleja personajes pintorescos y situaciones que vivió en los bares y terrazas de la zona.

Explicó que el título de la obra hace alusión a una de las frases que aparecen en La Odisea en boca de Ulises: "Amigos nadie me mata" y reconoció influencias literarias, en sus páginas, de 'El jardín de los siete crepúsculos' del catalán Miquel de Palol o de 'La vida es sueño', de Calderón de la Barca.

AMOR DRAMÁTICO

Por su parte, el escritor y crítico literario Rafael Reig, que acompañó al autor en la presentación de la obra, resaltó la estructura y el carácter filosófico de esta novela en la que también existe una historia de amor "dramática".

Así las sucesivas 'reencarnaciones' del protagonista, le llevaran a los brazos de la misma mujer y a la escena de un crimen, del que ya conoce casi todo: el asesino, el arma homicida, el día y la hora.

Con un graduación en la trama de menor a mayor para atrapar al lector desde la primera página y con elementos fantásticos, "necesarios en la ficción", Azpeitia construye una novela, que pretende sacudir al lector y hacerle reflexionar por lo que somos y quién tenemos al lado.